Hoy comenzamos un año nuevo, el 2023 de nuestra era y seguro que esta es la frase que hoy más vamos a repetir todos cuando nos encontramos con familiares, amigos y conocidos: ¡Feliz año nuevo¡
Esta es una frase que encierra un buen deseo que expresamos los unos a los otros sin más reflexión, es una costumbre y una frase típica con la que deseamos el bien a los demás.
El deseo de un feliz año nuevo debería suponer hacer una especie de reflexión antes de que terminara el año anterior, para darnos cuenta de lo que nos ha salido bien y aquello que es notablemente mejorable en nuestra vida y si, cuando nos deseamos un feliz año nuevo, nos lo deseamos de verdad, esperando que sea mejor que el pasado, al menos en determinados sentidos y aspectos.
Un año nuevo siempre es una nueva oportunidad que se nos abre y un nuevo tiempo que el Señor nos concede para mejorar lo que del tiempo pasado sea mejorable. Seguro que hay muchos aspectos que podemos mejorar a tantos niveles: a nivel personal, a nivel de trabajo, a nivel de fe, a nivel de luchar por aquello que nos llena en la vida y no por otras cosas que nos dejan, al final, vacíos, a nivel de familia y un largo etcétera.
Para conseguir que algo nos salga como deseamos, normalmente nos paramos a ver cómo lo hemos logrado o no en otros momentos y nos esforzamos en poner lo que nos falta desde la experiencia personal de lo conseguido cada uno, nos programamos nosotros, programamos nuestra vida y ponemos unos medios que nos ayuden a ir consiguiendo lo que creemos que en otros momentos no hemos logrado.
Seguro que hay muchas cosas en nuestra vida que no hemos logrado, pero al ser muchas, hemos de hacer una elección de aquellos aspectos que son más importantes y fijarnos solo en algunos de ellos para poder conseguirlos o al menos luchar más en concreto para lograrlos.
Un nuevo año es y significa una nueva llamada que el Señor nos hace desde nuestra fe y nuestra identidad de cristianos
Un año nuevo es un verdadero reto por el que luchar y desde el que plantearnos la nueva etapa de nuestra vida que se nos abre con el comienzo del nuevo año y luchar por lo que nos gustaría lograr en los niveles personales de nuestra vida más importantes.
Como personas, un nuevo año es una nueva oportunidad para recuperar determinados aspectos importantes de la vida que hemos ido dejando pasar y que echamos de menos porque los necesitamos.
Como cristianos, un nuevo año es y significa una nueva llamada que el Señor nos hace desde nuestra fe y nuestra identidad de cristianos. Una llamada a hacer que Dios sea alguien importante en nuestra vida y a que Él sea quien dirija nuestra vida. Una nueva llamada a dejarnos interpelar por su mensaje y su estilo de vida; a encarnar todas esas actitudes que hemos descuidado con el paso del tiempo; a recuperar la brújula de nuestro destino y ser conscientes y vivirlo como tal, de que somos peregrinos hacia otra patria definitiva.
En este nuevo año, entre todos seamos capaces de hacer un mundo un poco más humano, más fraterno y en el que todos tengan cabida
Un año nuevo es una llamada a la renovación, a empezar de nuevo con nuevos planes, nuevas energías y nuevo vigor para evitar en nuestra vida lo que vemos que nos ha salido mal y potenciar todo aquello que ha sido positivo y es bueno para nosotros pues nos hace madurar como personas y como cristianos.
Hoy que comenzamos este año 2023 tenemos que comenzarlo con el corazón lleno de gratitud hacia Dios y a tantas personas que están a nuestro lado y nos quieren, ilusionados y dispuestos a luchar por lo que creemos fundamental y necesario desde nuestro ser personal y desde nuestra identidad de cristianos, tratando de hacer más feliz la vida de los que forman parte de mi vida y tratando de colaborar para que, en este nuevo año, entre todos seamos capaces de hacer un mundo un poco más humano, más fraterno y en el que todos tengan cabida, sabiéndonos respetar y dando un poco del mucho amor que recibimos especialmente de Dios y también de los demás.
+ Gerardo
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