Finalizamos un curso mas

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    Parece que fuera ayer cuando comenzábamos con ilusión el nuevo curso 2024-2025, con nueva ilusión, nuevos proyectos pastorales y personales y con nuevas ganas de producir nuestros frutos evangelizadores, tanto en la diócesis como en las parroquias y en los distintos grupos apostólicos. Pero ya estamos finalizando el curso.

    Han pasado diez meses pastorales de trabajo intenso en las catequesis, en la pastoral de acompañamiento a las familias, en todas las etapas por las que atraviesa la misma, etc. Hemos trabajado en la promoción de la pastoral vocacional como algo que necesitábamos realmente en la diócesis, etc. Al final de estos diez meses de trabajo tenemos que hacer la revisión del curso para ver cómo es la cuenta de resultados y comprobar si, después de mucho trabajo desarrollado, los resultados son satisfactorios o insatisfactorios y si el próximo curso deberíamos mejorar determinados aspectos que se nos han escapado de las manos.

    Tenemos que hacer la revisión del curso para ver cómo es la cuenta de resultados

    Sean los que sean los resultados, tal vez no es lo más importante, porque lo realmente importante es tomar conciencia de lo que ha sido el curso, y no para desanimarnos si los resultados han sido menos de los que hubiéramos deseado, sino para tomar conciencia de lo que no ha resultado para tenerlo en cuenta y poder cambiarlo para el próximo curso.

    Si la falta de resultados positivos de evangelización no son los que tendrían que haber sido, porque tal vez no hemos puesto todos los esfuerzos y trabajo que deberíamos, está claro cuál es el camino a recorrer para el próximo curso: poner toda la dedicación y el trabajo que la evangelización requiere hoy por parte de todos, porque lo que depende de nosotros se puede siempre mejorar.

    Si la escasez o pequeñez de resultados positivos tiene su raíz en que empezamos con ganas e ilusión, pero las dificultades que encontramos nos desinflan y desganan, tendremos que plantearnos cómo renovar nuestra ilusión a pesar de las dificultades que siempre aparecen en la tarea evangelizadora, porque tal vez nuestro déficit está en la forma de realizar la tarea pastoral, que no llega a la gente porque nuestra forma de ser portadores del mensaje salvador no  sintoniza con nuestra gente actual, tanto creyentes como no creyentes, del siglo XXI. Tendremos que actualizarnos con nuevos métodos que empaticen y sintonicen mejor con los hombres y mujeres actuales.

    Revisemos nuestro trabajo pastoral, multipliquemos nuestros esfuerzos, contemos siempre con el Señor y tracémonos un proyecto nuevo

    Si los resultados han sido los que han sido y no estamos conformes con ellos, tal vez porque estamos trabajando solos y a los demás no les interesa lo que les ofrecemos, tendremos que prepararnos nosotros como agentes de pastoral y preparar a los demás para que nuestras comunidades parroquiales sean realmente parroquias evangelizadas. Es decir, que viven lo que dicen y que su vida se convierta en estímulo para que la gente que pasa de ello se interese por ello y se pregunte por ello. Esto animados por los que en la comunidad son realmente creyentes con fe viva, que la viven y tratan de comunicarla desde el testimonio cristiano.

    Todo ello nos tiene que hacer percibir la realidad de nuestra acción evangelizadora y hacer una revisión de esta, para ver lo que hemos hecho, lo que deberíamos haber hecho y lo que hemos de hacer el próximo curso. Para que, cuando llegue el mes de junio de 2026, si Dios quiere y estamos en esta misma misión, logremos mejores resultados que nos animen también en nuestra acción evangelizadora. 

    Revisemos nuestro trabajo pastoral, multipliquemos nuestros esfuerzos, contemos siempre con el Señor y tracémonos un proyecto nuevo en la diócesis, en los arciprestazgos, en las parroquias, en los grupos y cada uno personalmente.

    + Gerardo
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