En el mensaje que el Papa ha dirigido a toda la cristiandad con motivo de la Cuaresma de 2019 hace unas cuantas afirmaciones muy importantes que es necesario que pensemos y meditemos en este tiempo cuaresmal:
1. La cuaresma es un camino, un itinerario hacia la Pascua, y ese camino hacia la Pascua es un camino hacia la armonía del hombre con Dios, consigo mismo y con la creación.
2. La celebración de la Pascua, es decir, de la muerte y la resurrección del Señor es una continua llamada de parte de Dios a recorrer ese itinerario de lograr la armonía plena del hombre y así vivir la muerte y resurrección en nosotros como fruto de la misericordia divina, restableciendo esta armonía primera.
Cuando la caridad de Cristo transforma la vida de los santos, estos alaban a Dios y con la oración, la contemplación y el arte, hacen partícipe a toda la creación de esa caridad. Así lo expresa el Cantico al Hermano Sol de san Francisco de Asís.
3. Esta armonía primera entre el hombre, Dios y la naturaleza, se restablece por la muerte y resurrección de Cristo, pero está continuamente amenazada por la fuerza negativa del pecado.
Cuando no vivimos como hijos de Dios, cuando nos dejamos dominar por el pecado, aparecen en nosotros actitudes destructivas respecto a la creación y hacia los demás, deshaciendo la armonía del hombre con Dios, con la naturaleza y consigo mismo.
El pecado lleva al hombre a sentirse dios y dueño de la creación y de los demás, que puede manejar y utilizar a su antojo, pasando por encima del fin para el que fueron creados por el creador y utilizándolos únicamente para su propio provecho y en detrimento de las creaturas.
El pecado lleva al hombre a la explotación de la persona y del medio ambiente y de la creación desde su codicia insaciable que le hace considerar todo deseo suyo, como un derecho. Derecho que le lleva a destruir todo cuanto está bajo su dominio.
Der ahí la necesidad irrefrenable que la creación tiene de que se manifiesten los hijos de Dios, porque los hijos de Dios somos unas criaturas nuevas, porque con Cristo lo viejo ha pasado, lo nuevo ha comenzado (2Cor 5, 17)
El pecado lleva al hombre a sentirse dios y dueño de la creación
4. El itinerario hacia la Pascua nos llama a restaurar nuestro rostro y nuestro corazón de cristianos mediante el arrepentimiento, la conversión y el perdón, para poder vivir así la riqueza de la gracia del misterio pascual.
La creación entera está esperando esta manifestación de los hijos de Dios, porque con ella se restablece la armonía primera del hombre con la creación.
La Cuaresma es signo sacramental de esta conversión, es llamada a todos los cristianos a encarnar en nosotros el misterio pascual, sabiendo morir y resucitar en nuestra vida personal, familiar y social, mediante el ayuno la oración y la limosna.
Ayunar: se trata de cambiar nuestras actitudes con los demás y con las criaturas; pasar de devorarlo todo a la capacidad de sufrir por amor a los demás, que llenará nuestro corazón.
Orar: para saber renunciar a todas nuestras idolatrías y autosuficiencias de nuestro yo y sentir que tenemos necesidad del Señor y de su misericordia.
Hemos de pedir esta Cuaresma que el Señor nos muestre el camino de la verdadera conversión
Dar limosna: para aprender a salir de nosotros mismos, acumulando para nosotros, creyendo que así nos aseguramos un futuro que no nos pertenece, y poder encontrar el proyecto de Dios sobre nosotros, sobre la creación y las criaturas y ajustar nuestra vida a Él y encontrar así nuestra felicidad verdadera.
Cuaresma es entrar en el desierto de la creación para hacer que vuelva a ser jardín en el que el hombre encontró y volverá a encontrar su perfecta armonía con Dios, con él mismo y con la creación entera.
Hemos de pedir esta Cuaresma que el Señor nos muestre el camino de la verdadera conversión, abandonando egoísmos para amar a los hermanos, destruyendo ídolos nuestros para dejar que el Dios redentor entre en nosotros y nos transforme, abandonando egoísmos y teniendo mucho más en cuenta a los hermanos, y nos lleve a compartir mucho más con los necesitados.
+ Gerardo
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