La medicina paliativa es una nueva especialidad de la atención médica al enfermo en situación terminal, reconociendo al enfermo su dignidad como persona en el entorno del dolor de todo tipo que el fin de la existencia humana lleva generalmente consigo.
Es saber que cuando ya no se puede curar, debemos cuidar y siempre aliviar. Podemos decir que es una forma de entender y atender a los enfermos en situación terminal de enfermedad opuesta a dos conceptos extremos: la obstinación terapéutica y la eutanasia.
En las unidades de cuidados paliativos se proporciona una atención integral al paciente terminal, con el objeto de mejorar su calidad de vida en ese trance último, atendiendo todas sus necesidades: físicas, psíquicas, sociales y espirituales; tanto del paciente como de la familia. Todas las acciones de la medicina paliativa van encaminadas a mantener, y en lo posible, aumentar, el sosiego del paciente y de su familia.
La adecuación de los cuidados consiste en adaptar los diagnósticos y tratamientos a la situación clínica del paciente para no caer en la obstinación terapéutica. Incluye la opción de retirar, ajustar o iniciar tratamientos que se consideran inútiles y que no proporcionan ningún beneficio al enfermo.
Los cuidados generales básicos, como la nutrición no invasiva, hidratación, suministro de analgésicos, higiene, etc., que están destinados a la supervivencia del enfermo. No son una manera de alargar penosamente la vida del paciente, sino una forma humana y digna de respetarlo como persona hasta el final.
La alimentación e hidratación, aun artificialmente administradas, son siempre parte de tratamientos normales que siempre han de administrarse al moribundo. Su indebida suspensión significa una verdadera y propia eutanasia.
Existen unos derechos del enfermo en situación terminal. «El morir con dignidad» incluye:
• El derecho a no sufrir inútilmente.
• El derecho a que se respete su libertad de conciencia.
• El derecho a conocer la verdad de su situación.
• Derecho a participar en decisiones acerca de intervenciones a las que se le ha de someter.
• Derecho a mantener el diálogo confiado con los médicos, familiares, amigos y personas de los ambientes donde ha desarrollado su vida.
• Derecho a que sea respetada su privacidad y la presencia y trato con sus familiares.
• El derecho a dejar resueltos los asuntos que considera fundamentales para su vida.
• El derecho a recibir asistencia espiritual.
La obligación del profesional sanitario es suprimir la causa del dolor físico o, al menos, aliviar sus efectos y, en la medida de lo posible, su sufrimiento, colaborando con la familia
Paliar el sufrimiento consiste en que no sufra el paciente de modo innecesario durante su enfermedad.
La obligación del profesional sanitario es suprimir la causa del dolor físico o, al menos, aliviar sus efectos y, en la medida de lo posible, su sufrimiento, colaborando con la familia.
La idea recurrente del dolor como problema intratable que forzaría a la eutanasia no se ajusta a la realidad, porque siempre existe la posibilidad de abordarlo, aunque en algunos casos sea solo con el recurso a extremos, a la sedación paliativa.
Otra cuestión que se plantea a la hora de tratar el dolor es el siguiente: ¿es lícito el tratamiento del dolor, aunque pueda derivarse un acortamiento de la expectativa de vida?
El papa Pío XII, en 1957, en el discurso al IX Congreso internacional de la Sociedad italiana de Anestesiología, respondió afirmativamente.
Un problema muy serio que hay que cuidar es la «soledad», que no es tanto la presencia de personas en la habitación que entran y salen [...] Es algo que podemos llamar «soledad vital»
Otro aspecto que hay que cuidar en los pacientes terminales
Sin lugar a dudas un problema muy serio que hay que cuidar es la «soledad», que no es tanto la presencia de personas en la habitación que entran y salen, incluso la familia.Es algo que podemos llamar «soledad vital», en orden a encontrar sentido a lo que le está sucediendo.
Se trata de una compañía que aporta al enfermo terminal calor humano a su situación y hace más llevadero su sufrimiento. Para esto es fundamental el acompañamiento por parte de la familia y también del personal sanitario, lo mismo que el acompañamiento espiritual cuando el enfermo lo requiere. Todo ello puede ayudarle a afrontar la crisis que supone la situación de enfermedad y ayudarle a crecer en el sentido de su propia vida.
+ Gerardo
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