Día de los abuelos

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    El día 26 de julio, festividad de San Joaquín y Santa Ana, celebramos el Día de los abuelos. Una fiesta que quiere expresar la importancia que tienen los abuelos en la vida de los hijos, de los nietos y de las generaciones que vienen detrás de ellos.

    A veces se puede tener la sensación de que, cuando uno llega a esta etapa de la vida que es la de ser abuelo o abuela, estando ya jubilado o jubilada de las actividades normales en las que ha empeñado su vida, ya no tiene nada importante que aportar a esta vida y a todos aquellos por los que ha luchado cuando estaba en activo, cuyo sueño único para la mayoría ha sido sacar la familia adelante, luchar por el bienestar de los hijos, trabajar por darles una carrera, etc.

    Quiero recordar dos aportaciones muy importantes de los abuelos en las familias:

    1. Son lazo de unión de las familias que han formado sus hijos y que, aunque separados cada uno en sus propias casas y en sus trabajos, separados incluso por la distancia, sin embargo, los abuelos son el lazo de unión de todos ellos.

    La casa de los abuelos es la casa de todos los hijos y nietos, es el lugar, casi el único, en el que todos los miembros de la familia se reúnen en torno a la tradición familiar que representan los abuelos y donde se olvidan las diferencias habidas entre los hermanos, se celebran los grandes acontecimientos familiares y, en definitiva, todos se sienten miembros vivos de esa familia encabezada por los abuelos, reavivando entre todos tantos recuerdos llenos de ternura y cariños, de momentos y experiencias vividos juntos.

    2. Los abuelos son la garantía, custodia y transmisión de la fe cristiana en muchas de nuestras familias.
    Los abuelos vivieron y ayudaron a crecer y madurar en la fe a sus hijos cuando estos vivían con ellos, porque ellos mismos valoraban y vivían esa realidad. Una fe que transmitieron a sus hijos y esperaban que sus hijos, a su vez, se la transmitieran a los suyos.

    La casa de los abuelos es la casa de todos los hijos y nietos

    Esta esperanza de los abuelos, por desgracia, no es colmada en muchos de los casos actualmente. Ellos perciben que las familias que han formado sus hijos no valoran la fe que con tanto amor y empeño les inculcaron ellos, que en sus hogares Dios no tiene su silla ni su puesto, que a sus nietos no se les ha enseñado ni se les enseña a querer al Señor, ni a rezarle, ni a contar con Él, ni se les habla nunca de Dios.
    Los abuelos, ante esta realidad, hacen lo posible para sus nietos valoren la fe, se la planteen en su vida y hacen lo que está en su mano para que la tengan como algo importante que deben cuidar y cultivar, porque están convencidos de que la fe, de que Dios, de que la religión, ayudan mucho en la vida para todo.

    Por todo ello, los abuelos se esfuerzan cuando tienen a los nietos cerca de ellos para que aprendan a rezar, rezan con ellos, les cuentan lo importante que Dios es para ellos y cómo deben cuidar esa relación con el Señor, porque eso les va a ayudar a ser mejores personas en todos los sentidos y van a ser más felices. La fe no impide la felicidad, sino que ayuda a conseguirla incluso en los momentos duros y difíciles de la vida.
    Qué gran misión la que tenéis los abuelos en relación con vuestros hijos y vuestros nietos. Sois el lazo de unión de la familia, mientras estáis vosotros entre ellos, la familia va estar unida y va a saber compartir lo bueno que tienen cada uno de ellos.

    Debéis sentiros orgullosos de que Dios quiera contar con vosotros

    Sois verdaderos instrumentos al servicio de la transmisión de la fe a vuestros hijos y a vuestros nietos, unos verdaderos instrumentos en manos de Dios y con los que Él cuenta en esta gran tarea.

    Debéis sentiros orgullosos de que Dios quiera contar con vosotros para esta doble gran misión y ahí sí que  nunca debéis sentiros jubilados ni mayores. Tenéis mucho que aportar y vuestra familia y Dios cuenta con vosotros.

    Seguid uniendo a los miembros de vuestras familias, quitad importancia a sus diferencias que existan entre ellos. Seguid siendo un verdadero ejemplo de fe en el Señor para vuestros hijos y para vuestros nietos y no os canséis nunca de ser verdaderos apóstoles del Señor en vuestras familias.

    He querido recordaros esto en este domingo, a dos días de la celebración del día del abuelo. Sed abuelos, ejerced de abuelos y sentiros orgullosos de la misión que el Señor os ha confiado.

    Pediré en este día para que Dios siga bendiciendo vuestra misión y os ayude a cumplirla en bien de la fe de vuestras familias y en bien de la evangelización de las mismas. ¡Feliz día del abuelo!
     
    + Gerardo Melgar Viciosa
    Obispo Prior de Ciudad Real
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