Campaña de Temporeros 2024

Cáritas Diocesana de Ciudad Real presentó, el pasado 21 de junio, la campaña de temporeros para este año 2024, con el lema Vivienda y trabajo, ¿hay alternativas?

[Puedes ver un vídeo de la rueda de prensa en este enlace]

En la presentación intervinieron la directora de Cáritas Diocesana de Ciudad Real, Conchi Aranguren Vila; la coordinadora del Programa de Migraciones, Carmen Pilar Burillo Martínez, y Mari Carmen Ruiz Parra, coordinadora del programa de empleo Cáritas Diocesana.

La directora de Cáritas Diocesana, Conchi Aranguren, comenzó la presentación fundamentando la ayuda a los temporeros desde el ejemplo que presenta Jesús de Nazaret y la Doctrina Social de la Iglesia. Seguir el mandado de ir por el mundo entero y proclamar el Evangelio «implica actuar conforme a los valores de caridad y justicia social», dijo. Por esto, «es necesario atender a quienes vienen entre riesgos y dificultades a realizar una labor que no solo honra a Dios, sino que, en palabras del papa Francisco, proporciona alimentos necesarios a la comunidad».

«Desde Cáritas queremos reflejar el compromiso que tenemos con los principios del evangelio de acoger, proteger, promover e integrar a las personas, entre las cuales también se encuentra personas migrantes y temporeras buscando siempre mejorar sus condiciones de vida y de trabajo», concluyó.

Trabajo y vivienda

Después de Aranguren, intervino la coordinadora de Migraciones en Cáritas Diocesana, Carmen Pilar Burillo. Explicó que la campaña 2024: Vivienda y trabajo ¿Hay alternativas?, es continuidad de la campaña del pasado año, cuando Cáritas pidió «analizar la realidad de la vivienda que experimentan los temporeros, así como continuar afianzando el servicio de intermediación laboral».

Este 2024, de nuevo, vivienda y trabajo son pilares para el bienestar integral de las personas que se desplazan a nuestras localidades para periodos de recolección.

De la experiencia del voluntariado de Cáritas con los temporeros se desprende que un 28,14 % de las personas atendidas en 2023 estaban en situación de exclusión residencial. Ante esto, Burillo aclaró que se trata de las personas con las que trabajó Cáritas y, por tanto, no es un porcentaje extraído de todos los temporeros de la provincia.

Esta «exclusión residencial» se expresa en «hacinamiento en viviendas alquiladas o realquiladas, asentamientos en infraviviendas (chabolas o edificios abandonados), alojamientos en coches o furgonetas o a la intemperie en plazas y parques.

Esta exclusión residencia, continuó explicando la coordinadora, «además de un atentado a la dignidad», implica una serie de riesgos para la integridad física y moral de las personas: incendios, accidentes, agresiones, robos, inseguridad administrativa, exclusión social o deterioro de la salud.

Ante esto, Burillo advirtió de que son cuestiones que han de abordar los ayuntamientos, que deben ofrecer la atención social que tienen encomendada a través de la Ley de Bases de Régimen Local. Del mismo modo, están implicados en la resolución de estos problemas los agricultores, corredores, transportistas y otros agentes implicados en las campañas agrícolas como sindicatos y las fuerzas de seguridad.

Intermediación laboral

Por su parte, Mari Carmen Ruiz, coordinadora del programa de empleo Cáritas Diocesana, explicó el Servicio de Intermediación Laboral de Cáritas para las campañas agrícolas, que cuenta con años de experiencia ayudando a temporeros a encontrar trabajos dignos. «Como Agencia de Colocación que somos, también nos ponemos al servicio de agricultores y empresas agrícolas para favorecer la contratación de mano de obra en las labores agrícolas y ofreciendo una intermediación fiable, segura y gratuita», dijo.

En 2023, en las localidades en las que intervino el servicio de orientación e intermediación laboral (Tomelloso, Ciudad Real, Valdepeñas, Alcázar de San Juan y Herencia) pasaron 371 personas. De todas ellas, un 86,92 % se encontraban en situación administrativa irregular, por lo que solo un 13,08% presentaban permiso de trabajo. De estos últimos, solo un 7,55% cumplía con todos los requisitos para poder ser contratado.

Ruiz explicó que «con estos datos podemos corroborar que está llegando mucha población migrante a España y que hasta pasados mínimo entre 2 y 3 años no pueden regularizar su situación, por lo que no les queda más remedio que malvivir como pueden, teniendo que realizar trabajos precarios y no regularizados […]. Saben que, al no disponer de permiso de trabajo, no pueden optar a otro empleo mejor».

Además, Mari Carmen Ruiz denunció la existencia de intermediarios ilegales: «Existen varias bandas organizadas, que son las encargadas de conseguirles trabajo a las personas que no tienen la documentación regularizada, éstos al no poder exigir por no disponer de documentos, aceptan condiciones y sueldos en algunos casos inhumanos para el trabajo que realizan».

Otro problema que se encuentra es la usurpación de su identidad: «Entre ellos se intercambian los permisos de trabajo o las mismas empresas o intermediarios, se quedan con su número de NIE, para llevarse a trabajar a gente sin permiso, pagándoles menos, pero teniendo a alguien dado de alta por si hay inspecciones de trabajo».

Soluciones y alternativas

En materia de vivienda, Cáritas solicita:
 
— Que las asociaciones agrícolas que firman el convenio agrario (ASAJA), se planteen garantizar el alojamiento de los trabajadores temporeros al igual que se recoge en otros convenios agrícolas como el de La Rioja y como recomienda la Unión Europea.
— Que los agricultores velen porque el alojamiento de sus trabajadores sea digno, y se planteen la posibilidad de ser ellos mismos quien alquilen viviendas para sus trabajadores en las campañas agrícolas.
— Que los Ayuntamientos planteen abrir alojamientos temporales para temporeros, atendiendo a sus circunstancias de especial vulnerabilidad, y que atiendan con soluciones las zonas degradadas donde se alojan los temporeros (con recogida de basuras, saneamientos… )
— Que los Ayuntamientos establezcan planes de emergencia ante posibles situaciones que se puedan dar derivadas del alojamiento inseguro (incendios, desahucios, violencias…)
— Que los temporeros en situación de exclusión residencial cuiden el entorno para que no se degrade. 
 
En materia de convivencia:

— Que en nuestros pueblos se combatan los bulos sobre las personas temporeras y se reconozca su aportación a la economía y en general a la sociedad y se eviten las generalizaciones y los discursos del odio. 
 
En materia de trabajo:

— Que los sindicatos que firman el convenio agrícola (UGT Y CC.OO) vigilen las condiciones laborales de los trabajadores temporeros.
— Que los empleadores acudan al Servicio de Intermediación Laboral para Campañas Agrícolas de Cáritas Diocesana de Ciudad Real, para garantizar que los trabajadores que contratan están en disposición de trabajar y evitar posibles fraudes en las contrataciones (como son en ocasiones las suplantaciones de identidad)
— Que se respeten las tablas salariales del convenio agrícola y los derechos de los trabajadores.
— Que los temporeros hagan un desempeño eficaz y responsable de su trabajo.

Las acciones de intermediación laboral van dirigidas a ser un puente entre las personas que buscan trabajo y las ofertas de empleo que ofrecen los agricultores y empresas, Cáritas gestiona la oferta y facilita trabajadores capacitados.