Cáritas atendió a más de 65.000 personas en la región

La Memoria 2023 de Cáritas Regional de Castilla-La Mancha, que se ha presentado hoy en Toledo, refleja el compromiso de lucha contra la pobreza y la desigualdad que se desarrolla a través de las cinco Cáritas Diocesanas de nuestra Región: Albacete, Ciudad Real, Cuenca, Sigüenza-Guadalajara y Toledo. Una labor que se realiza con el apoyo de una gran base social de voluntarios, socios, colaboradores, benefactores y trabajadores.

En la presentación de la memoria de Cáritas Regional Castilla-La Mancha han intervenido Julián Ros Córcoles, administrador diocesano de Albacete, acompañante de la Cáritas Regional; Rosa García Fernández de Sevilla, presidenta de Cáritas Regional, y Amador Casquero Fernández, coordinador regional.

Durante 2023, la acción de Cáritas en Castilla-La Mancha ha beneficiado a 65.275 personas de la región. Además, la cooperación fraterna ha beneficiado a 50.020 personas de otros países.

Esta acción se realiza gracias a los agentes de Cáritas: 4.108 voluntarios, 427 técnicos contratados, 8.552 socios y donantes y los sacerdotes de cada una de las Cáritas parroquiales.

Durante 2023, la acción de Cáritas en Castilla-La Mancha ha beneficiado a 65.275 personas de la región. Además, la cooperación fraterna ha beneficiado a 50.020 personas de otros países.

Julián Ros, administrador diocesano de Albacete, ha recordado que Cáritas es la acción social de la Iglesia, que se realiza gracias a voluntarios, equipos directivos, sacerdotes y técnicos contratados que ponen su esfuerzo, ilusión y esperanza con todas las personas empobrecidas a las que se atiende desde cada uno de las parroquias de nuestra región.

Además, Ros ha explicado que «en medio de una realidad compleja y dolorosa en la que acompañamos a quienes más sufren, a quienes necesitan recuperar derechos y restaurar sus vidas, estamos llamados a comunicar esperanza desde el amor de Cristo que da sentido a nuestra misión, para que todas las personas vean que es la fuerza del amor la que todo lo cambia y lo transforma».

Según el sacerdote, «como Iglesia queremos impulsar a tomar parte en la vida social que compartimos, para abrir nuestra mente y reenfocar la mirada, para ver juntos esa otra realidad del mundo de la que formamos parte: la de muchas personas que no pueden acceder a los mismos derechos, los que viven en desventaja por muchas razones, los que viven en la tristeza, la soledad y la pobreza».

«Como Iglesia queremos impulsar a tomar parte en la vida social que compartimos, para abrir nuestra mente y reenfocar la mirada»

Por su parte, Rosa García, presidenta de Cáritas Regional Castilla-La Mancha, ha explicado que el lema de este año con motivo del Día de Caridad, Allí donde nos necesitas abrimos caminos de esperanza, es «un mensaje directo a las personas vulnerables que tienen que saber dónde encontrarnos». Para Rosa García «es un mensaje para todas las personas, los participantes, la comunidad cristiana y el resto de la sociedad, para dar testimonio de la acción de Cáritas y de las personas que participamos en ella, para animar la solidaridad y el compromiso con la transformación social».

La presidenta de Cáritas Regional ha incidido en que la pobreza en nuestro país, y por tanto en Castilla-La Mancha, es un fenómeno estructural que persiste más allá de la coyuntura económica general; la brecha entre ricos y pobres ha aumentado, los ricos son más ricos y los pobres tienen mucha mayor dificultad para salir de una pobreza que se ha instalado en sus vidas y que no les permite alcanzar oportunidades para salir de ella.

En este sentido ha señalado que «vivimos en un clima de desesperanza social en el que la supervivencia de cada persona y su pequeño entorno es casi lo más importante. La vivienda y la dificultad de acceder a ella se ha convertido en un común denominador social inquietante que planea sobre el estado de bienestar y ensombrece el presente y el futuro».

La realidad

Los últimos informes de Cáritas y la Fundación Foessa nos han ido dibujando un panorama de sombras y dificultades que se han visto agravadas por el crecimiento de éxodos masivos de personas huyendo de guerras, sequías y violencia, que arriban a nuestras fronteras en busca de paz, libertad y esperanza:

— Situaciones de exclusión mucho más severas, personas con mayor deterioro especialmente psicoemocional.
— Una problemática de la vivienda que se va agudizando y aumenta las situaciones de sinhogarismo en hombres, mujeres y familias.
— Una precariedad laboral que obstaculiza a muchas personas a vivir con estabilidad e iniciar proyectos vitales nuevos.
— Aumento del nivel de estrés financiero entre la población que vive en alquiler ante la escasa oferta de alquiler social y los bajos ingresos económicos.
— Más personas en situación de irregularidad administrativa fruto de las olas migratorias.
— Una población infantil y juvenil en situación de desventaja social tan profunda que con toda probabilidad arrastrarán toda la vida. 

Ante esta realidad, Rosa García ha indicado que la memoria de Cáritas «supone un ejercicio de responsabilidad, gratitud, de testimonio y de transparencia de las cinco Cáritas Diocesanas que componen la Cáritas Regional». También ha querido agradecer a todos sus agentes su compromiso, «porque todos tenemos mucho que ver y todos mostramos con creatividad los caminos que sean necesarios para dar respuesta a las cientos de personas que cada día llaman a nuestra puerta».
 
Recursos 

Por otra parte, García ha explicado que todos los programas y la atención a todas las personas más vulnerables, ha sido posible gracias a los 22.933.925,65 € que se han invertido en la acción de las Cáritas Diocesanas de la región. Unos recursos que han tenido muchas fuentes de financiación, el 61,35 % son de fondos propios y privados y que un 38,65 % vienen a través de subvenciones y/o convenios con la administración, ya sea local, provincial y/o regional.

Refiriéndose al perfil de las personas que se han acercado a Cáritas, Rosa García ha destacado que se trata de personas muy olvidadas y empobrecidas, familias con pocos o ningún recurso, personas que viven en hogares donde no entra ningún salario por desempleo de sus miembros, trabajadores pobres, jóvenes y menores de familias empobrecidas y excluidas, personas drogodependientes, enfermos crónicos, personas sin hogar, temporeros, inmigrantes, personas mayores, mujeres, etc. En definitiva, ha dicho, «son personas muy empobrecidas, con historias de vida muy rotas, con las que nos encontramos y caminamos juntos».
 
Además, se está percibiendo un incremento de la atención a personas que nunca antes habían sido apoyadas por Cáritas, de aquellas que acuden por primera vez a una acogida o a alguno de los proyectos de la institución.

En medio de una realidad compleja y dolorosa en la que acompañamos a quienes más sufren, a quienes necesitan recuperar derechos y restaurar sus vidas, en este 2023, se ha constatado cómo los perfiles de las personas han cambiado y tener trabajo ya no es garantía de no pasar dificultades de exclusión social. Se acompaña a personas muy vulnerables, en territorios rurales que cada vez tienen menos gente y con muchos mayores en soledad.
 
Retos 
 
La presidenta de Cáritas Regiona ha recordado que «todos tenemos que ver en la resolución de la pobreza», y Cáritas tiene muchos retos por delante:

— Luchar por esa garantía de ingresos para los hogares más vulnerables. Para ello seguiremos en la tarea de exigir la renta mínima en nuestra región.
— El problema de la vivienda es crucial, y seguiremos apostando por una política de vivienda social que beneficie a los más vulnerables.
— Una puesta por el empleo y la economía social, esencialmente en lo que se refiere a seguir potenciando las empresas de inserción, en las que Cáritas tiene una amplia experiencia.
— Educación de calidad y apoyo a las familias más pobres.
— Acompañar a las mujeres que peor lo pasan, por la violencia ejercida contra ellas en todos sus ámbitos.
— 0,7% para cooperación internacional.
— Trabajar más desde el acompañamiento, participación y cuidado de los mayores.
— Pensar en políticas que favorezcan al territorio rural, para que sus gentes no sufran el abandono.
— Servicios Sociales accesibles a las personas, con personas que les ayuden a realizar todos sus trámites. 

Proyectos 

Amador Casquero Fernández, coordinador de Cáritas Regional Castilla-La Mancha, ha manifestado que cuando hablamos de datos, números en Cáritas, «cada uno de estos datos tiene nombre y tiene historia, tiene alma y anhelos, porque al igual que nos ocurre a nosotros, son personas que buscan, luchan y desean una vida mejor».
 
Durante 2023, Cáritas en Castilla-La Mancha ha trabajado con 19.951 personas desde la Acogida, Asistencia y Familia. Se ha llegado a 3.811 personas desde los programas de Empleo y Economía Social, ya sea desde los itinerarios individualizados, talleres formativos, prelaborales y/o desde las 6 empresas de inserción, 553 inserciones laborales con estas personas a las que se ha abierto un nuevo camino de esperanza.

Desde el programa de Personas sin Hogar se ha acompañado a 3.384 personas a través de los puntos de información, servicios de alojamiento básico, centros de urgencia, centros residenciales, centros de atención diurna, pisos de autonomía y trabajo de calle.

Se han atendido a 3.737 Personas Inmigrantes, desde el acompañamiento a tramitaciones de documentación, cobertura de necesidades básicas, temporeros, etc.

2.537 personas han pasado por los programas de Prisión, Exreclusos y Mediación Jurídica. Los mayores son una parte importante de la acción de Cáritas, sobre todo aquellos que viven en soledad, aquellos que no pueden salir de su casa y no pueden participar de la vida de su barrio o pueblo, hemos llegado a 1.218 Personas Mayores.

Desde los programas de Infancia / Menores, se han atendido a 634 menores, a través de proyectos de apoyo escolar, actividades lúdicas, campamentos, trabajo con familias y voluntariado joven. Desde el programa de Juventud, se ha acompañado a 883 personas.

También, se ha trabajado desde Cáritas en Castilla-La Mancha, el tema de salud, con los objetivos de proporcionar una atención integral, promover la salud, mejorar el bienestar psíquico, mantener las capacidades físicas y cognitivas, potenciar las relaciones interpersonales y habilidades sociales, promover la participación e inclusión social y comunitaria y proporcionar la autonomía personal y prevenir la dependencia. En este sentido, destaca el centro sociosanitario Hogar 2000 de Toledo y el Proyecto Siloé en Ciudad Real, que atendieron a 416 personas.

Cáritas no deja de mirar a nuestros hermanos del Sur, por eso ha ofrecido su acción social en 17 países diferentes, llegando a beneficiar a 50.020 personas desde programas de cooperación al desarrollo.
 
Memoria agradecida
 
Por último, Julián Ros, administrador diocesano de Albacete y acompañante de Cáritas Regional, ha dado las gracias a todas las personas que hacen posible, desde su compromiso con los más pobres, mejorando su calidad de vida, y que luchan porque los derechos de los mismos sean reconocidos y tengan una vida digna. Reitera el agradecimiento a voluntarios, socios, donantes, empresas, instituciones, administraciones públicas, «que hacen posible que desde Cáritas sigamos animando y despertando la solidaridad y la compasión para que nos impliquemos y nos comprometamos con un estilo de vida que transforme nuestro modelo de convivencia y lo haga más justo, solidario y fraterno y continuemos abriendo caminos de esperanza a los más pobres y vulnerables».