La tarde de este miércoles se ha inaugurado oficialmente el curso académico en el Seminario Diocesano de Ciudad Real y en el Instituto de Teología Beato Narciso Estenaga.
Los actos comenzaron con una eucaristía presidida por el obispo, monseñor Abilio Martínez Varea, y concelebrada por todos los profesores de ambas instituciones. En la celebración participaron también numerosos alumnos, tanto del Seminario —que cuenta este año con veinte seminaristas mayores— como del Instituto de Teología, así como miembros de la vida consagrada y laicos. La capilla mayor del Seminario se llenó para comenzar juntos un nuevo curso formativo y pastoral en una misa en la que cantaron los seminaristas.
«No se trata solamente de estudiar a Dios, sino de dejarnos transformar, cambiar por Dios»
En la homilía, el obispo agradeció en primer lugar «la tarea abnegada y voluntariosa de los profesores de este claustro del Seminario y de Teología», y animó a todos a vivir el estudio como un medio de transformación personal. Comentando la lectura del profeta Jonás, don Abilio recordó que «no se trata solamente de estudiar a Dios, sino de dejarnos transformar, cambiar por Dios».
Dirigiéndose especialmente a los profesores de teología y filosofía, el obispo recordó el sentido eclesial de su misión docente: «Nosotros enseñamos dentro de la Iglesia y desde la Iglesia. Somos fieles a la revelación, a las fuentes de la revelación como son la Escritura y la Tradición, y también siguiendo el Magisterio de la Iglesia». En este contexto, los docentes después de la homilía el juramento de fidelidad, signo de comunión con la Iglesia y de servicio a la verdad.
Mons. Martínez Varea recordó también durante la homilía las figuras de los patronos del Seminario, santo Tomás de Villanueva y san Juan de Ávila, «modelos para todos los aquí presentes». Del primero destacó su amor a la pobreza, que «para la vida cristiana y sacerdotal se traduce por austeridad y sobriedad». Del Maestro Ávila, subrayó su profunda espiritualidad eucarística: «Es un amante de la eucaristía, porque él ve a Cristo en la eucaristía, la presencia de Cristo real». Por ello, concluyó invitando a que el nuevo curso sea un tiempo para «sentir a Dios no solamente desde la cabeza, sino también desde el corazón».
«Hoy participan no solo los seminaristas, sino muchísimos seglares que quieren venir a formarse en las cuestiones de la teología, porque para un cristiano es esencial saber la razón de la esperanza»
Tras la eucaristía, el obispo atendió a los medios de comunicación, a quienes expresó su gratitud por acompañar un momento tan significativo para la diócesis. «El Seminario es el corazón de la diócesis», dijo, recordando que de él «sale la vitalidad» de la Iglesia diocesana. Subrayó la importancia de cuidar las vocaciones al sacerdocio y valoró también la formación de los laicos: «Hoy participan no solo los seminaristas, sino muchísimos seglares que quieren venir a formarse en las cuestiones de la teología, porque para un cristiano es esencial saber la razón de la esperanza». El obispo agradeció finalmente la entrega de los formadores y profesores, «una dedicación muy abnegada y gratuita».
A continuación, el rector del Seminario, Juan Serna Cruz, destacó el buen momento que vive el Seminario, «con 20 seminaristas mayores que hacía años que no teníamos. Para nosotros es una gran esperanza, un motivo de ilusión y que creemos que alegra a toda la diócesis». En cuanto al Instituto de Teología, explicó que «hay más de 300 alumnos que están estudiando teología en las distintas modalidades», y recordó que «el Seminario es una casa de referencia para la diócesis, en la que se viene a estudiar, a rezar, a convivir».
El acto académico, presentado por la periodista de la Cadena Cope Ciudad Real, Inmaculada Jiménez, comenzó también con el saludo del rector, que agradeció la presencia a todos los alumnos y a todas las autoridades. Después, intervino Ignacio Carbajosa Pérez, decano de la Facultad de Teología de la Universidad Eclesiástica San Dámaso, a la que está asociada el Instituto de Teología. La lección inaugural, a cargo de Francisco José López Sáez, fue sobre La sucesión apostólica, aprovechando la reciente llegada de don Abilio Martínez Varea como nuevo obispo a la sede de Ciudad Real.
A continuación, el obispo Abilio Martínez Varea dirigió unas palabras de clausura, proclamando la apertura oficial del año académico 2025-2026.
Como conclusión al acto, tanto el rector del Seminario como el obispo, entregaron las becas a cuatro alumnos que han completado los estudios de Bachillerato en Ciencias Religiosas en la extensión en Ciudad Real del Instituto de Ciencias Religiosas San Dámaso y, posteriormente, a los alumnos que han concluido el Curso Básico de Teología en Ciudad Real.