Esta mañana, la sede de Cáritas Diocesana de Ciudad Real ha acogido la presentación de la nueva campaña regional de voluntariado de Castilla-La Mancha, este año con el lema Cambia tu vida, el voluntario mejora tu entorno. ¡Atrévete!”. La iniciativa subraya el papel fundamental de quienes entregan su tiempo y capacidades al servicio de los demás, recordando que el voluntariado es el verdadero corazón de Cáritas y de las comunidades parroquiales.
Actualmente, Cáritas cuenta en la diócesis de Ciudad Real con 1.081 voluntarios repartidos por todo el territorio. En su mayoría son personas que, desde las parroquias, deciden implicarse y acompañar a los más empobrecidos.
«Desde Cáritas trabajamos para que no se olvide ninguna realidad, especialmente la rural, que convive con tantas dificultades de acceso a servicios básicos
La presentación comenzó con la intervención de Conchi Aranguren, directora de Cáritas Diocesana, que destacó la importancia de la presencia de Cáritas en los pueblos pequeños: «Desde Cáritas trabajamos para que no se olvide ninguna realidad, especialmente la rural, que convive con tantas dificultades de acceso a servicios básicos y con una población cada vez más envejecida. Gracias al voluntariado en estos ámbitos, se generan espacios de encuentro, vínculo y pertenencia, además del acompañamiento cercano a las personas mayores en su día a día».
Aranguren también señaló el reto de asegurar un relevo generacional: el perfil predominante sigue siendo de mujeres y hombres entre 55 y 70 años, con nivel académico medio. «Para lograr un mayor impacto en los programas —dijo— necesitamos implicar a las nuevas generaciones, que serán quienes tengan en sus manos la posibilidad de trabajar por un mundo más justo».
«El voluntariado para el mundo se construye desde el mundo»
Después de la directora intervino Francis Alhambra, coordinador del programa de voluntariado, que presentó los elementos de la campaña y explicó la simbología del cartel elegido.
«El voluntariado para el mundo se construye desde el mundo», explicó, aludiendo al cubo de Rubik que aparece en el cartel: «Cada voluntario trata de transformar desde su lugar, desde su entorno, que es el espacio donde realmente podemos llegar».
El cartel presenta otros símbolos: la fracción del pan, que remite a la eucaristía y al compartir con los más pobres; la parroquia en tres dimensiones, como reflejo de la Iglesia viva; y la acogida entre dos personas, signo de acompañamiento y fraternidad.
En cuanto a los contenidos, la campaña propone a los voluntarios convertirse en «vigías» que «desvelen las injusticias para que la sociedad sea inclusiva, vinculen realidades distintas, tendiendo puentes entre ambas orillas de la sociedad, participen activamente en sus comunidades y entornos, y recreen la esperanza, soñando con la sociedad justa a la que aspiramos».
La presentación terminó con el testimonio de Celestino Gómez, voluntario de Cáritas, que compartió su experiencia personal: «Hacerse voluntario nos hace más sensibles a la realidad social y enriquece nuestra forma de mirarla». Además, recordó que cualquier persona puede ser voluntario: «Solo hacen falta ganas de ayudar y compromiso en la tarea que desempeñemos. Ser voluntario es una actividad muy gratificante y una manera de poner nuestro granito de arena para que mejore la sociedad».