La Hospitalidad Diocesana de Lourdes de Ciudad Real celebró, del 26 al 30 de junio, la XLVI Peregrinación diocesana con enfermos al santuario mariano francés. Un total de 351 peregrinos participaron en la peregrinación.
Las actividades, después del largo viaje desde Ciudad Real, comenzaron el día 27 con el Camino del Jubileo, un recorrido por los lugares emblemáticos del santuario que concluye con una celebración ante las fuentes de agua. Ese mismo día, se celebró la misa en la Gruta de Massabielle. Fue una eucaristía presidida por el obispo de Ciudad Real, don Gerardo Melgar, junto con otras hospitalidades españolas. Coincidiendo con la solemnidad del Sagrado Corazón de Jesús, el obispo habló del amor misericordioso de Dios manifestado en Cristo.
«El mensaje que Cristo vivió y nos transmitió con su palabra y con su vida fue el de la verdadera imagen de Dios, el verdadero y auténtico rostro de Dios. Dios es amor, que es Padre misericordioso capaz de compadecerse de nuestros pecados», afirmó don Gerardo. Recordó que ese amor alcanza su plenitud en la entrega de Jesús por la salvación de todos: «Nadie tiene mayor amor que quien da la vida por sus amigos» (Jn 15,13).
«Necesitamos mirar a María, ella es nuestro ejemplo y modelo de fe, de amor y de respuesta generosa a los planes de Dios»
El obispo propuso la figura de María como modelo de amor a Dios y a los hermanos: «La vida de María fue un canto al amor a Dios y al amor a los hermanos. En ella encontramos los creyentes un verdadero ejemplo a seguir, un testimonio auténtico de vida cristiana».
Por la tarde, los enfermos tuvieron la oportunidad de pasar por la gruta. También se celebró la procesión eucarística y una celebración penitencial para los peregrinos ciudadrealeños, como preparación para el sacramento de la unción y el Jubileo.
El sábado 28 comenzó con el rezo del viacrucis, al que se unieron hospitalarios y peregrinos. A continuación, tuvo lugar la misa de la peregrinación, durante la que se administró la unción a los enfermos. A la vez, los enfermos realizaron un viacrucis adaptado y pasaron por las piscinas del santuario.
Por la tarde del día 28 se celebró una conferencia sobre el lema pastoral del santuario para este año:
Con María, peregrinos de la esperanza. La jornada concluyó con la procesión marial, que reunió a miles de fieles devotos de la Virgen de Lourdes.
El domingo, los peregrinos asistieron a la misa internacional en la basílica subterránea, presidida por el cardenal y arzobispo de Barcelona Juan José Omella. Por la tarde, se proyectaron audiovisuales sobre Lourdes: un documental para los enfermos y un vídeo del santuario para el resto de los peregrinos, seguido de un encuentro para compartir experiencias vividas durante estos días. La jornada concluyó con el rosario de despedida y la entrega de insignias a los peregrinos que cumplían cinco, diez, veinte o veinticinco años participando en la peregrinación.
Esta peregrinación, que cuenta con una larga tradición en nuestra diócesis, ofrece una experiencia de encuentro profundo con Dios y con los demás, especialmente con los más frágiles, siguiendo el modelo evangélico que mira el ejemplo de la Virgen María. En palabras del obispo: «Necesitamos mirar a María, ella es nuestro ejemplo y modelo de fe, de amor y de respuesta generosa a los planes de Dios».