Don Gerardo Melgar dirigió el 10 de mayo, en el Seminario Diocesano, una convivencia vocacional dirigida a jóvenes que buscan discernir su camino de fe. Participaron diecisiete jóvenes de varias localidades de la provincia, a los que se unieron algunos de los seminaristas mayores. En total, veintisiete participantes.
Por la mañana, don Gerardo ayudó a los jóvenes a reflexionar sobre la vocación a través de varias dinámicas y ejemplos vocacionales.
Después de la comida, uno de los seminaristas, Jorge Quintana, ofreció su testimonio vocacional. Después, dos sacerdotes jóvenes, Martín Tébar, párroco de Aldea del Rey, y Gabriel Rojas, párroco de Abenójar, dieron su testimonio. Ambos se ordenaron en los últimos años. El obispo, don Gerardo, ofreció también su propio testimonio y se leyeron los de dos religiosas.
«Dios tiene establecido su plan sobre cada uno de nosotros»
Después de los testimonios, para finalizar el encuentro, el grupo se reunió en una de las capillas del Seminario para celebrar la misa, que presidió don Gerardo acompañado por los dos sacerdotes.
El obispo comenzó recordando la vocación del profeta Jeremías, destacando que «Dios tiene establecido su plan sobre cada uno de nosotros». Invitó a los jóvenes a preguntarse con sinceridad y frente al Señor «¿qué plan será el suyo sobre mí, sobre mi vida?»
Don Gerardo enfatizó que, aunque Dios sueña un proyecto para cada persona, «deja en nosotros libertad para responder o no responder al plan que él ha trazado». Por ello, la clave está en la disponibilidad y en la respuesta generosa: «Decidle, como veíamos esta mañana, aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad». Advirtió que ninguna dificultad debe paralizar esta respuesta.
Reconociendo que la llamada de Dios puede generar miedos o dudas, el obispo recordó que «el Señor quita todos nuestros miedos» y que es Él mismo quien acompaña y capacita a aquellos que responden a su vocación.
Decidle «aquí estoy, Señor, para hacer tu voluntad»
Además, don Gerardo transmitió un mensaje realista sobre las imperfecciones y limitaciones personales. Refiriéndose a la llamada de los discípulos, explicó que Jesús «contó con personas normales» y subrayó que «los discípulos no eran superhombres que no tuvieran dificultades». Por ello, animó a los jóvenes a no obsesionarse con sus defectos, recordando que «Dios cuenta con ellos» y con nuestros fallos, y nos acompaña siempre para que se pueda realizar la vocación.
Para concluir la homilía, don Gerardo invitó a los jóvenes a seguir el ejemplo de la Virgen María, que «ante todo y sobre todo, estuvo siempre al servicio de Dios y al servicio del plan de Dios». Con una llamada a la valentía, la generosidad y la disponibilidad, los animó a pedir al Señor que los ayude a ser fieles a su llamada y a decir con convicción: «Heme aquí, Señor, haz de mí lo que tú quieras».
Este encuentro vocacional es un espacio para que los jóvenes puedan explorar su vocación, apoyados en la comunidad y en la gracia de Dios. En un ambiente de confianza y acompañamiento pastoral, se fomenta la esperanza y la entrega sincera a la misión que Dios tiene para cada uno.