Lourdes es un «stop» en la vida

Un día leí: «Lourdes es un stop en la vida. Lourdes es un mundo donde no todo funciona como funciona en el mundo, donde gastas tu tiempo de vacaciones en no descansar tú y sirves a los demás, donde te “matas” por acompañar a un enfermo hasta donde se celebra el siguiente acto».
 
Ayer, 28 de junio, a la caída de la tarde, con la llegada a casa concluía la XL Peregrinación diocesana con enfermos a Lourdes que se iniciaba en la madrugada del pasado viernes 23 de los corrientes. Un año más, cerca de 500 personas de nuestra diócesis han podido experimentar ese «stop», esa  «aventura» que supone Lourdes.
 
Vivir Lourdes es vivir la entrega, la solidaridad, la esencia del ser humano en su faceta más hermosa, que no es otra cosa sino el amor. Ese amor, el cual es reflejo de otro amor más puro, más grande y pleno que es el Amor de nuestro Dios hacia el hombre y del cual fue colmado en plenitud la Inmaculada Virgen María. Ella con su «fiat», entonó el Magníficat de la esperanza, tema pastoral de este año.
 
Lourdes es, por tanto, vivir y celebrar ese canto de alabanza, de esperanza y realidad de la pequeñez humana que se enaltece ante la mirada de Dios y la sonrisa amorosa de la Madre que colma a todos de bendiciones. 

Por Santiago Caballer, presidente de la Hospitalidad diocesana de Lourdes.