Otro año llega a su fin para los campamentos parroquiales de Campo de Criptana, que ya suman 44 ediciones celebrándose en el Santuario del Santísimo Cristo de Villajos.
Los primeros en participar fueron los niños de 5.º de Primaria, que disfrutaron de su campamento del 2 al 4 de julio. Durante esos días, los pequeños profundizaron en los principales personajes del Antiguo Testamento y en la historia de la salvación del pueblo de Dios. A lo largo del curso, siguen la primera y segunda parte del catecismo Testigos del Señor de la Conferencia Episcopal, y en el campamento, de una manera lúdica y participativa —con juegos, teatros y dinámicas—, descubren la misión y enseñanzas de figuras como Adán y Eva, Moisés, Abraham o el rey David. Uno de los momentos más significativos fue la exposición del Santísimo durante la vigilia de oración, celebrada en la noche del jueves en la ermita del Cristo, con la participación de 64 niños y 20 catequistas.
Del 7 al 11 de julio tuvo lugar el campamento de 6.º de Primaria, al que asistieron 75 chicos y 26 catequistas. Durante la semana, se abordaron distintos temas orientados al conocimiento personal y del entorno, siempre con Cristo como centro. Se reflexionó sobre los bienes del mundo —materiales e inmateriales— y su correcto uso; sobre el valor de la amistad, el trabajo en equipo y la colaboración entre todos para llegar mucho más lejos; y sobre las vocaciones, entendidas como distintas formas de servir a Dios visto además en diferentes testimonios: en el sacerdocio, en el matrimonio, como catequistas o el compromiso con los más necesitados en Cáritas o la Pastoral Penitenciaria. Bajo el lema “el mundo necesita HÉROES" los participantes fueron descubriendo su misión personal. Todo ello acompañado de momentos de oración, una vigilia de exposición del Santísimo centrada en la amistad y un día entero de adoración acompañando al Señor.
El campamento de 1.º de ESO se celebró del 14 al 18 de julio, con la participación de 67 chicos y 24 catequistas. Se trata de un campamento especialmente enfocado en el proceso de cambio que viven los adolescentes a esta edad. Por eso, gran parte de las actividades giran en torno a su desarrollo personal, su entorno social y familiar, y el modo en que esta etapa influye también en su crecimiento cristiano. La presencia de Dios se hace palpable en cada una de las dinámicas propuestas, como en la actividad del Camino, que aborda los distintos aspectos del crecimiento: en sabiduría, en estatura, en gracia y en relación con Dios y con los demás. Estas experiencias se completan con talleres centrados en la importancia del amor en sus diferentes formas —hacia uno mismo, hacia los demás, la familia, el matrimonio—, así como con momentos de reflexión sobre la vocación y las distintas llamadas que existen dentro de nuestra comunidad cristiana. Se vive con especial profundidad la adoración de la Cruz, un momento de encuentro personal con Cristo crucificado que les permite descubrir su amor entregado y acercarse a Él con sencillez y confianza.
Los últimos en vivir su campamento fueron los chicos de 2º de ESO, del 21 al 25 de julio, con un total de 74 participantes y 29 catequistas. Durante estos días, se profundizó en los retos propios de la adolescencia: cambios físicos y emocionales, comprensión de la sexualidad, y desarrollo de una madurez plena ayudándoles a ver los posibles obstáculos que puedan encontrar, ofreciendo herramientas útiles para superarlos. A través de diferentes testimonios pueden ver las distintas realidades que nos rodean para entender que la Iglesia es un solo cuerpo en el que cada uno de nosotros somos un miembro con una función y con Cristo como cabeza. También se reflexionó sobre el Credo, prestando especial atención al misterio de la Santísima Trinidad. Como en los demás campamentos, las vocaciones, la oración y la vigilia de adoración a la Cruz fueron elementos clave.
A lo largo de todas las semanas, las actividades lúdicas y los juegos se integraron con las dinámicas formativas, logrando que cada campamento fuera una experiencia única y un extraordinario cierre de curso. Cada semana culminó con una Eucaristía en la que participaron los acampados, sus padres y familiares.
Finalmente, el domingo 27 de julio se celebró en la parroquia de la Asunción de Nuestra Señora la Eucaristía de acción de gracias por todos los campamentos. Niños, catequistas y cocineras de todas las semanas nos reunimos para dar gracias a Dios por los días compartidos y por haber culminado las actividades sin incidencias importantes.
Todo esto no sería posible sin la colaboración de tantas personas que hacen realidad esta experiencia: desde las cocineras, que se convierten en nuestras madres durante esos días, hasta nuestros sacerdotes por su cercanía y acompañamiento; los colaboradores que comparten sus testimonios (consagrados, seminaristas, voluntarios de Cáritas, entre otros), y la Hermandad del Santísimo Cristo de Villajos, siempre dispuesta a tendernos la mano en todo lo necesario.