El obispo, don Gerardo Melgar, instituyó como acólitos y lectores a cuatro seminaristas el pasado 19 de noviembre en el templo parroquial de La Asunción de Manzanares.
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Familiares, amigos, sacerdotes y compañeros acompañaron a los cuatro jóvenes en una mañana de oración y acción de gracias por su vocación.
El acolitado y el lectorado son la actualización de las antiguas «órdenes menores», unos ministerios que los seminaristas reciben como un paso dentro de su formación. Fueron instituidos Miguel Carretero Granada, de Villanueva de los Infantes; Pascual García Martínez, de Villahermosa; Ángel García Moreno, de Tomelloso, y Martín Tébar Hernando, de Manzanares.
«Una gran alegría». Así definió el obispo el acolitado y el lectorado para los seminaristas, un paso que muestra que la «vocación va llegando a su plenitud y que cada día está más cerca del sacerdocio para el que, con tanto cariño, con tanta dedicación, os habéis ido preparando y seguiréis haciéndolo hasta que llegue el día de vuestra ordenación sacerdotal».
Recibir estos ministerios supone, explicó don Gerardo, un repaso de acción de gracias por el camino vocacional recorrido, un «momento especial» que expresa el convencimiento de que «la vocación al sacerdocio es vuestra vocación», dijo.
Para explicar el lectorado, el obispo utilizó el relato de Los discípulos de Emaús, que además muestra la unión entre la Palabra de Dios y la eucaristía: «Los discípulos primero experimentan como ardía su corazón mientras el Señor les hablaba, explicándoles las Escrituras. La luz de la Palabra ablandó la dureza de su corazón. Les saca de la oscuridad, de la tristeza y de la desesperación con la que caminaban. Al recibir hoy el ministerio del lector, os comprometéis a tener la palabra de Dios como el fundamento de vuestra entrega al Señor, porque en ella os va a mostrar de modo permanente su voluntad». Esta Palabra será, explicó, «la norma principal de vuestra vida y de vuestra entrega».
«Que este nuevo paso, queridos hermanos que hoy vais a dar en vuestra historia personal y vocacional, os ayude de verdad a hacer de la Palabra de Dios algo esencial en vuestra vida […]. Que la eucaristía sea el centro y culmen de la vida cristiana y, sobre todo, también de la vida del sacerdote»
Sobre el acolitado, don Gerardo recordó a los discípulos que prepararon la sala para la celebración de la Pascua: «Antes de la celebración de la Pascua, encargó a aquellos discípulos que fuesen a preparar cuidadosamente la sala donde celebrar la cena con ellos. También la Eucaristía, como actualización de la Cena del Señor, requiere de personas que la preparen y asistan al sacerdote». De este modo, el acólito es el servidor del altar, el que «prepara la sala» para la celebración.
«Queridos Martín y Ángel, Miguel y Pascual, la recepción de los ministerios de lector y acólito es un motivo especial de gozo para vosotros y para todos nosotros, que os acompañamos y le agradecemos al Señor la elección que ha hecho de vosotros y de vuestras personas. Es un paso significativo en el servicio a la Iglesia», agradeció el obispo, que continuó rememorando el camino que han recorrido los seminaristas durante años de formación. En esta línea, habló de la meta final, el sacerdocio, un sacramento que se anuncia ya con estos ministerios al presentarlos como llamada para «que os unáis cada vez más íntimamente a Cristo y viváis la gracia que brota del sacrificio del Señor». El mismo Jesús pide a los seminaristas a través de estos servicios de acolitado y lectorado que participen «con más plenitud en la eucaristía, estando al servicio de ella, unidos cada vez más a los hermanos como partícipes todos de ese mismo pan, para formar un solo cuerpo con ellos».
«Que este nuevo paso, queridos hermanos que hoy vais a dar en vuestra historia personal y vocacional, os ayude de verdad a hacer de la Palabra de Dios algo esencial en vuestra vida […]. Que la eucaristía sea el centro y culmen de la vida cristiana y, sobre todo, también de la vida del sacerdote», concluyó.
Después de la homilía, comenzó la institución de los ministerios. Después de llamar a los candidatos, don Gerardo invitó a todos a rezar por los nuevos acólitos y lectores, pidiendo que tuvieran «fidelidad en el servicio de la Iglesia». Después de bendecirlos rogando por su contribución a la edificación de la Iglesia les entregó, uno a uno, el evangeliario, con el que proclamarán la Palabra de Dios. Después hizo entrega de la patena con el pan para la celebración de la eucaristía, diciéndoles: «Vive de tal forma que seas digno de servir la mesa del Señor y de la Iglesia».
Los cuatro nuevos acólitos y lectores
Miguel Carretero
Miguel Carretero tiene 27 años, es natural de Puerto Lápice, pero vecino de Villanueva de los Infantes.
Estuvo en el Seminario entre 3.º de ESO y 3.º de Teología. En ese curso interrumpió la formación y estudió Magisterio durante dos años, incorporándose a la parroquia de San Pedro de la capital y regresando después al Seminario.
Ha colaborado en los años de formación en la pastoral de Las Casas, Villamayor de Calatrava, Torralba de Calatrava y el Hospital General de Ciudad Real. Este año de pastoral trabaja en la parroquia de Herencia.
Martín Tébar
Martín Tébar tiene 26 años y es natural de Manzanares. Ingresó al Seminario en el curso de Fundamentación tras concluir estudios superiores de Informática.
A lo largo de su formación ha colaborado en la actividad pastoral de la parroquia de Villamayor de Calatrava, con las comunidades del Seminario Menor, en el Hospital General de Ciudad Real, en la parroquia de Santiago de la capital, en Viso del Marqués y en Moral de Calatrava.
Actualmente realiza un año de pastoral en la parroquia de Argamasilla de Alba.
Pascual García
Pascual García Martínez es natural de Valencia, aunque creció en Villahermosa. Tiene 25 años e ingresó al Seminario cuando tenía 11 años.
Además de los estudios de Teología, se ha formado pastoralmente en la parroquia de Las Casas, en Alcázar de San Juan, en el Seminario Menor ayudando con la formación, en San Pedro de la capital, en el Hospital General de Ciudad Real, en la parroquia de Herencia.
Está realizando un año de pastoral en Brazatortas y Fuencaliente, además de las aldeas de alrededor.
Ángel García
Ángel García Moreno es natural de Tomelloso y tiene 48 años. De profesión, pastor, es el octavo de diez hermanos. Ingresó en el Seminario en 2015 después de comenzar estudios superiores de Matemáticas.
Además de la formación académica en el Seminario, se ha formado pastoralmente en el Cottolengo de Cáceres, en Siloé de Cáritas en Ciudad Real, en Valdepeñas, en el Hospital de la capital, en Guadalmez, Alamillo, San Benito y en Torralba de Calatrava. Este curso está en la parroquia de Carrión.