El pasado martes 20 de abril el obispo, don Gerardo Melgar, instituyó como acólitos en nuestra catedral a los tres seminaristas que realizan el año de pastoral.
Aunque esta celebración se suele hacer antes en la formación de los seminaristas, se retrasó el pasado año por la pandemia, celebrándose ahora que los tres futuros sacerdotes ya han concluido los estudios en nuestro Seminario.
Fueron instituidos acólitos Abel Fuentes Pintado, con 30 años, natural de Campo de Criptana; Pablo Cornejo Martínez, con 27 años, natural de Ciudad Real, y Francisco José García-Casarrubios Poveda, de 32 años, también de Campo de Criptana.
Al término de la proclamación del evangelio, se llamó públicamente a los tres jóvenes en la catedral, que estaba llena hasta el aforo permitido por sus familiares y amigos. Después de esta llamada, el obispo pronunció la homilía, en la que destacó el camino de entrega al Señor que los tres seminaristas emprendieron hace años.
«La recepción de estos ministerios en alguien que se está preparando para ser sacerdote y mucho más en este último año de formación […] tiene un significado muy especial […] Estáis expresando ante toda la Iglesia que vuestra vocación sacerdotal se va confirmando cada día y que estáis más cerca del sacerdocio al que con tanto cariño e ilusión os habéis estado preparando», dijo don Gerardo.
«Que este nuevo paso que dais os ayude en vuestra historia personal y vocacional a hacer de la eucaristía el alimento esencial y fundamental en vuestra vida»
Destacó que este paso en el camino al sacerdocio es público, ante toda la comunidad: «Es este un paso importante, visible y público de vuestro convencimiento de que Dios os está llamando y os llama por el camino del sacerdocio. Estáis expresando ante el obispo de la Diócesis, ante los responsables de la formación en el Seminario y ante vuestros compañeros que el Señor os llama por este camino».
Don Gerardo recordó a aquellos discípulos a los que el Señor encargó que prepararan la sala para celebrar la cena con sus amigos. De igual modo hoy, «la actualización de la Cena del Señor requiere de personas que la preparen y la asistan». Insistió en la dignidad que tiene el altar y por la que tiene que ser especialmente servido, cultivando la valoración y el respeto por la eucaristía y la fidelidad a las normas litúrgicas de la misa. «Recibís este ministerio de la Iglesia para participar con más plenitud en la eucaristía, para estar al servicio de ella y uniros cada vez más a los hermanos como partícipes todos en un mismo pan y para formar un solo cuerpo con ellos».
«La actualización de la Cena del Señor requiere de personas que la preparen y la asistan»
«Que este nuevo paso que dais os ayude en vuestra historia personal y vocacional a hacer de la eucaristía el alimento esencial y fundamental en vuestra vida para convertirla en el centro de vuestra vida cristiana. Que un día se pueda convertir en el centro de vuestra vida sacerdotal porque la eucaristía es el centro y el culmen de la vida de todo cristiano y de todo sacerdote».
Después de la homilía, don Gerardo invitó a todos a rezar por los acólitos, pidiendo que tuvieran «fidelidad en el servicio de la Iglesia». Después de bendecirlos rogando por su contribución a la edificación de la Iglesia les entregó, uno a uno, la patena con el pan para la celebración de la eucaristía, diciéndoles: «Vive de tal forma que seas digno de servir la mesa del Señor y de la Iglesia».
Los tres nuevos acólitos, tal y como dijo el obispo en la homilía, están en sus últimos meses de preparación antes de la ordenación como diáconos y sacerdotes.