Campo de Criptana y Alcázar de San Juan acogieron este fin de semana a 600 jóvenes de toda la provincia, que celebraron la XVII Marcha de Adviento. Con el título «Veremos la Estrella», los jóvenes iniciaron el Adviento caminando, con un tiempo que no fue obstáculo para que pudieran disfrutar de las actividades y la convivencia que ofrece esta celebración. Con 17 años de marchas, ya participan algunos jóvenes que no habían nacido cuando se celebró la primera y que, además, comparten camino con otros jóvenes que ya participaron entonces.
La mañana del sábado los participantes llegaron a Campo de Criptana, donde recibieron sus acreditaciones y llegaron al templo parroquial. Allí se presentó la Marcha con una canción del grupo Maldita Nerea, titulada Veré la estrella, y que estuvo presente durante toda la Marcha. Además, se presentó un vídeo que explicó el recorrido de la Cruz de los Jóvenes por toda la Diócesis el pasado año de la misericordia.
Tras la comida, comenzaron los talleres para los participantes, preparados por voluntarios de toda la diócesis y, especialmente este año, los de Campo de Criptana. La “búsqueda de la Estrella” fue la temática común para el trabajo, apoyándose en el tema Veré la Estrella y buscando la presencia de Dios en distintos momentos de la vida.
Después de los talleres, y bajo una lluvia que anunciaba un camino difícil, los participantes en la marcha se reunieron en la plaza de Campo de Criptana para iniciar su andadura hasta Alcázar. El barro, el frío y la lluvia no impidieron que los jóvenes caminaran con alegría, aprovechando la marcha para hablar, confesar y rezar.
Lo más destacado de las marchas de Adviento es la Vigilia de oración de la noche, llena de juegos visuales, momentos teatralizados y cantos que sirven como preparación a la adoración al Santísimo, momento que dejó el templo de Santa Quiteria de Alcázar de San Juan en completo silencio, a pesar de que estaba completamente lleno de fieles. En la Vigilia se comprendió que la promesa de “ver la Estrella” se cumplía en la misma marcha, «porque hemos visto salir su estrella y venimos a adorarlo».
El obispo, monseñor Gerardo Melgar, que presidió la celebración, invitó a los jóvenes a pensar de qué cosas está lleno su corazón, para que dirijan su mirada hacia Dios: «Se hace necesario que levantemos nuestras miradas del suelo, al cielo», para que descubramos que Dios «nos quiere a cada uno tal y como somos, que nos llama a cada uno desde donde estemos» y que «con su amor nos pide que lo recibamos, que dejemos que Él entre en nuestra vida». Citó al papa Francisco, animando a los jóvenes para que no se dejen «robar la esperanza». Al final, explicó monseñor Melgar, «contemplaremos, también nosotros, la estrella que nos llevará a Cristo. Y si la encontramos, también nosotros podremos ser la estrella para los demás, que ilumine el camino que lleva a Cristo».
El domingo los actos comenzaron con la oración, seguida de distintas actividades en el colegio de los Trinitarios. Incluso una coreografía, otra vez con la canción Veré la Estrella, presente en toda la marcha, puso fin a la mañana antes de la Eucaristía, que presidió José Felipe Fernández, delegado de Pastoral de Juventud en la Diócesis. El sacerdote comparó cada uno de los momentos de preparación de la marcha de Adviento con los sentimientos y vivencias de los jóvenes, sacando enseñanzas del cansancio, de la tristeza, de la compañía y de la alegría.
Tras la comida, la XVII Marcha de Adviento concluyó, con jóvenes dispuestos a adorar y a ser estrellas que indiquen a otros el camino a Cristo. En las redes sociales, fue común esta frase, al término de la Vigilia: «Al final, hemos visto la Estrella».