Los días 9 y 10, 15 y 16 de noviembre se han celebrado, en el Seminario Diocesano, dos convivencias sacerdotales.
En total, entre las dos tandas, se han reunido 130 sacerdotes que han destacado la convivencia fraterna como una de las partes que más han disfrutado del encuentro. Es complicado, por el trabajo pastoral, que los compañeros puedan reunirse más de una jornada para rezar juntos y hablar sobre el trabajo pastoral.
Las convivencias, explica el vicario general, Tomás Villar, han estado centradas «en la formación intelectual, en el cultivo de la vida espiritual y en la convivencia». En cuanto a la formación, el obispo, monseñor Gerardo Melgar, dedicó las palabras que dirigió al grupo a la exhortación apostólica Evangelii Gaudium. Destacó las claves de lectura, las principales constantes y algunas tentaciones que paralizan el vigor misionero de los evangelizadores. «Facilitó, -explica el vicario-, un cuestionario que dio pie a un dialogo fecundo, sincero y plural en el que los sacerdotes pusieron de manifiesto las principales llamadas que la exhortación hace a nuestra Iglesia diocesana».
La mañana del segundo día se dedicó al silencio y a la oración personal y comunitaria, culminando con la celebración de la Eucaristía que presidió el obispo.
Para el vicario general, «la impresión generalizada es que han sido unas jornadas que han servido para renovar la pasión pastoral y misionera de los sacerdotes».