Ayer, 5 de octubre, en la fiesta de Témporas de Acción de Gracias y de Petición, se inauguró el curso 2016-2017 en el Seminario, que compartió la celebración con el Instituto Diocesano de Teología (IDT).
La eucaristía, presidida por el obispo, monseñor Gerardo Melgar, fue el primer acto de la tarde. Concelebraron varios profesores del Seminario y del Instituto, así como el rector del Seminario, Pedro López de la Manzanara y Lorenzo Trujillo, director del IDT.
El obispo, tras dar gracias a Dios al comienzo de la homilía, animó especialmente a los alumnos del Seminario, invitándoles a ser valientes y consecuentes con la decisión que han tomado. Comparó el curso con «un cuaderno nuevo», cuyo contenido será mejor o peor gracias a la motivación de los alumnos, «a la enseñanza de los profesores, al acompañamiento de los formadores y a lo que los padres acompañen y animen a sus hijos». Es necesario, continuó monseñor Melgar, que «padres, Seminario y parroquia confluyan en una misma dirección y persigan los mismos objetivos para escribir ese “cuaderno en blanco” que se nos entrega al comienzo del curso».
Después, explicó a los seminaristas que la formación que reciben es integral, humana y cristiana, y «orientada a que cada uno de vosotros se vaya planteando cada día, con más seriedad y autenticidad, libre y responsablemente, su vocación». Por eso, es necesario que «a lo largo del curso, os preguntéis cuál es el camino por el que Dios os llama, en qué vocación os vais a sentir realizados como personas y cristianos. Y que todo eso lo habléis con vuestros padres, vuestros formadores y vuestro director espiritual». Les invitó a «no llevar una doble vida», sino a ser coherentes con el planteamiento de la vocación.
Tras esos consejos a los seminaristas, el obispo se dirigió a los padres, algunos de ellos presentes en la celebración, animándoles a apoyar y ayudar a sus hijos, «para que cuando estén en casa, vivan los valores humanos, religiosos y vocacionales que viven y se les inculcan en el Seminario».
Concluyendo la homilía, monseñor Melgar habló a los alumnos del Instituto Diocesano de Teología: «Es bueno que, al comienzo de un curso, os preguntéis en qué debemos avanzar, a qué se me invita y cómo debo alcanzar un mayor conocimiento de Jesucristo. Cómo avanzar en el compromiso con la tarea que el Señor me propone, desde mi identidad de cristiano y desde mi situación de cristiano bien formado, cómo puedo hacer fructificar en mí tanto don y tanta riqueza como voy a recibir en este nuevo curso, para que la evangelización de nuestro mundo sea un poco más realidad con mi aportación y mi testimonio». Al término, repitió las palabras del Evangelio: «Pedid y recibiréis, llamad y se os abrirá».
Tras la misa, comenzó la lección inaugural del curso, a cargo del sacerdote Adriano Delgado, licenciado en Psicología, sobre «La psicología humanista». Tras una introducción al tema, el sacerdote hizo un breve recorrido histórico por la Psicología, para hablar después en concreto de la Psicología humanista, citando varios autores e ideas.
El curso en el Seminario
Este año, el Seminario comienza el curso con 33 alumnos, 17 de ellos en el Seminario Mayor y 16 en el Menor. Del total, 5 alumnos son nuevos.
El curso en el Instituto Diocesano de Teología
El Instituto Diocesano de Teología, en el que dan clase 20 profesores, tiene un número de alumnos similar al del pasado año: 83 de Ciencias Religiosas, 9 alumnos ya diplomados en el grupo de estudio, 80 alumnos en el curso básico de Teología, de ellos 28 nuevos; y 79 alumnos en el curso de Profundización.