«Sigue tu huella»

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Discípulo es aquel que sigue los pasos de su maestro. Y discípulo misionero es aquel que está dispuesto a seguir la huella de quien estaba junto al Padre y, enviado por éste, salió (misionero del Padre), bajó de su cielo para hacerse uno de nosotros, y así poder proclamarnos la Buena Noticia, poner en marcha el Reino de Dios, y con su muerte y resurrección abrirnos el camino de la vida a todos los hombres y mujeres de este mundo.
Todo cristiano es discípulo de Jesucristo y, como bautizado, ha asumido la misión que Cristo ha encomendado a la Iglesia por él fundada, la comunidad de sus discípulos que ahora continúan la misión emanada del Padre («como el Padre me ha enviado»).

Y ahí estamos todos nosotros. Pero destacan aquellos que, a ejemplo del maestro, han dejado casa, familia y cultura para salir a anunciar el evangelio y construir el reino allí donde no conocen la vida nueva inaugurada por Jesucristo.

Cerca, pues, del aniversario del martirio de Vicente Hondarza, nosotros dirigimos una mirada cariñosa, admirada y agradecida a nuestros misioneros diocesanos. Sacerdotes, religiosos, religiosas y seglares nacidos en nuestros pueblos, bautizados en nuestras parroquias, donde han recibido y madurado su fe, y que ahora se encuentran repartidos por todo el mundo proclamando la Buena Noticia y construyendo el Reino de Dios.
Queremos que nuestros misioneros sepan que seguimos de cerca sus trabajos, que les acompañamos con nuestra oración, y apoyamos sus proyectos evangelizadores y humanitarios. Ellos se sienten así misioneros diocesanos de Ciudad Real, y nosotros nos sentimos comprometidos con ellos, y a través de ellos vamos dando cumplimiento al mandato del Señor: «Id por todo el mundo».

Por Damián Díaz Ortiz, delegado diocesano de Misiones. Publicado en Con Vosotros de 17 de junio de 2018.
 

Por Damián Díaz Ortiz

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