Muchos cambios hubo en los primeros años de la vida de Antonio. O mejor dicho, de Fernando, que así se llamaba este muchacho nacido probablemente en Lisboa, en el seno de una familia acomodada. Antonio se llamaría desde que ingresó en la Orden de los franciscanos. Antes había estado en el monasterio de San Vicente, de los canónigos regulares de San Agustín, donde fue ordenado sacerdote.
Deseoso del martirio, marchó a Marruecos, de donde tuvo que volver a causa de una enfermedad. En el viaje de vuelta, el viento desvió el barco hacia Sicilia. Se traslada a Asís. Una vez allí, se dedicó a la oración. Y, poco a poco, se dio a conocer como un gran predicador, que consiguió incluso llamativas conversiones. Se le denomina "martillo de herejes". A su alrededor surge una abundante leyenda. La más célebre tiene que ver con la supuesta aparición de san Francisco de Asís (todavía vivo) a los hermanos reunidos en Arles, mientras Antonio predicaba. También en la Curia papal causó una gran admiración, incluso al Papa.
Antonio se desplaza a Padua en 1230. Allí dedicó horas y horas a las confesiones. Allí predicó y predicó. Y fue tanta la expectación que levantó que acudían de todas las ciudades y pueblos a escucharlo. Tanto que no cabían en las iglesias y les predicaba al aire libre. Murió el 13 de junio de 1231. E inmediatamente se propagaron sus virtudes y una creciente fama de taumaturgo. Esto impulsó a los paduanos a pedir al Papa la canonización de Antonio, que tuvo lugar once meses después de su muerte.
En resumen, podemos decir que este es un santo con muchísima aceptación entre los fieles (incluso aún vivo). Todavía hoy es considerado como muy "milagrero". Y se le invoca para las cosas más "peregrinas". ¿Razón? Por su virtud y su dedicación a los demás, concretada en la predicación. ¿Conclusión? La bondad siempre se abre paso y acaba siendo admirada y aceptada. Es una buena lección para nosotros, que nos desanimamos al no recoger resultados inmediatos, o al sufrir las dificultades de nuestro testimonio en medio de un ambiente no siempre favorable.
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10/01
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Gregorio de Nisa, obispo
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11/01
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Higinio, papa
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12/01
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Antonio María Pucci, presbítero
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13/01
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Hilario, obispo y doctor de la Iglesia
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16/01
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Marcelo I, papa y mártir
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17/01
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Antonio, abad
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18/01
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Margarita de Hungría, virgen
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19/01
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Marcelo Spínola y Maestre, beato
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20/01
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Sebastián, mártir
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20/01
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Fabián, Papa y mártir
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21/01
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Inés, virgen y mártir
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22/01
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Vicente, mártir
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23/01
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Ildefonso, obispo
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24/01
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Francisco de Sales, obispo y doctor de la Iglesia
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25/01
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Conversión de san Pablo
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26/01
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Timoteo y Tito, obispos
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31/01
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Juan Bosco, presbítero
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01/02
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Brígida de Kildare
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02/02
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Nuestra Señora de la Candelaria
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02/02
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La Presentación de Jesús en el templo
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