Joaquina de Vedruna

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    Santa Joaquina nació en Barcelona un 16 de abril del año 1783. Su padre, Lorenzo de Vedruna, pertenecía a la nobleza catalana y con alto cargo del gobierno. La familia de Joaquina fue siempre muy católica. Desde muy niña fue devota del Niño Jesús encomendando en sus oraciones a las benditas almas. Desde siempre, Joaquina se caracterizó por su gran pulcritud en todos los sentidos de la palabra. Y esto la fue llevando a no tolerar tampoco manchas de pecado en su alma. Por su gran amor a Dios sintió la vocación a la vida contemplativa, queriendo ingresar en las Carmelitas Calzadas a la edad de doce años, pero la superiora entendió que no tenía la madurez suficiente para tal decisión, le recomendó ir a casa y hacer caso a sus padres. Contrajo  matrimonio con Teodoro de Mas, de aristocrática familia de Vich, a los 16 años, con quien tuvo nueve hijos y bastantes nietos. Él era abogado pero en las guerras napoleónicas debió ir a pelear a Francia. Joaquina a la muerte de su marido y teniendo  47 años,  fundó la Comunidad de las hermanas Carmelitas de la Caridad por petición de su director espiritual el capuchino Esteban de Olot. El obispo de Vich, Pablo Jesús Corcuera, de origen gaditano, le pidió que fuera de inspiración carmelita, por la gran devoción a la Virgen del Carmen que se tenía y aún se tiene en Cádiz. El mismo obispo escribió la regla el 6 de febrero de 1826 y el 26 de febrero de ese mismo año, ella y otras ocho mujeres pronunciaron los votos. Poco a poco  fundó conventos, escuelas y hospitales en diversos sitios de España.

    La congregación se expandió por España, Hispanoamérica y Asia. El carisma de Vedruna, que tiene un importante movimiento laical, se orienta a la educación y el cuidado de los enfermos. También envió a un grupo de hermanas para que llevaran su mensaje a un pueblo de la provincia de Buenos Aires (Argentina) llamado Suipacha. Cuando llegaron abrieron el Colegio Nuestra Señora del Carmen. Poco a poco la enfermedad la obligó a abandonar su puesto como superiora de la orden y, aunque falleció debido a un brote de cólera en Barcelona, durante los cuatro últimos años de su vida fue víctima paulatina de parálisis. Falleció el 28 de agosto de 1854 a la edad de 71 años.

    Santa Joaquina era conocida por su gran sentido de la oración, confianza profunda en Dios y caridad desinteresada. Fue beatificada por el papa Pío XII en 1940 y canonizada en 1959 por el papa Juan XXIII. Listado completo de Santos