Catalina de Bolonia, virgen

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    Catalina Vigri es denominada de Bolonia por el lugar de su nacimiento (y de su muerte) y por sus orígenes maternos. Su vida es muy sencilla, hecha de una constante búsqueda de la santidad en medio de un ambiente que incitaba a otra cosa. 

    Muy niña se traslada a Ferrara, y, allí, vivió en la corte. Al ser esta uno de los mayores centros culturales, Catalina se cultivó profundamente: adquiere un buen conocimiento del latín, aprende a escribir en grafía humanística, a pintar, a miniar, a tocar la viola... 

    Catalina, sin embargo, buscando una vida de perfección, en 1426 entra a formar parte de una comunidad de piadosas mujeres, donde estuvo cinco años, que fueron decisivos para su crecimiento espiritual. En 1431, pasa al monasterio de clarisas del Corpus Domini, donde transcurre los veinticinco años siguientes. En 1456, vuelve a su ciudad natal para fundar un nuevo monasterio, llamado también del Corpus Domini. Venía como abadesa del convento, que experimentó enseguida un rápido florecimiento. 

    En Bolonia muere el 9 de marzo de 1463, tras un último año que fue de intensa preparación para el encuentro definitivo con el Señor. 

    Destaca, pues, su deseo de santidad, su escasa valoración de las glorias y pompas de este mundo, su humildad y su dedicación a las hermanas, ya que optó por la vida religiosa alejándose de las posibilidades de la corte, desempeñó los oficios más humildes y pesados, y cultivó la vida espiritual con toda intensidad. Listado completo de Santos