El pasado jueves 22 de noviembre Cáritas Diocesana de Ciudad Real, a través de su programa de inclusión, organizó un acto público por el Día de las personas sin hogar (se celebra el 25 de noviembre) en el que se leyó un manifiesto de denuncia, a la vez que se hicieron varias actividades para mostrar lo que viven las personas afectadas por este problema.
Carmen Nieto, coordinadora del programa de inclusión en Cáritas Diocesana, animó a mirar a estas personas «y reconocer que ahí hay una persona, en un banco, en un cajero, y que eso no es normal». Cáritas, junto a otras instituciones, denuncia que la sociedad se ha acostumbrado a ver este problema como algo sin solución, de manera que lo ha hecho invisible. Precisamente con este tipo de campañas se procura que la sociedad se pregunte sobre la posibilidad de acabar con el «sinhogarismo», mostrando los problemas que sufre uno de los colectivos que menos derechos disfruta.
En el manifiesto, se pide a la sociedad y al Estado, que garantice el «acceso a servicios básicos para las personas que viven en la calle», adaptando «los recursos al ritmo de la persona y no exigiendo que la persona, y no al revés».
Por ejemplo, sobre la salud, el hecho de ir de pueblo en pueblo, sin nada en propiedad, hace que las personas sin hogar no puedan acceder a la sanidad en igualdad de condiciones, sin historial médico y sin posibilidad de recuperarse tras el alta hospitalaria en lugares que reúnan las condiciones adecuadas.
En el acto que se celebró en Ciudad Real, participaron alumnos de la escuela de Artes, así como del ciclo formativo de Integración Social, que prepararon dinámicas para que los participantes pudieran acercarse a la problemática sin hogar.
Concretando la labor de Cáritas en nuestra provincia, existen 4 centros de atención a personas sin hogar, donde se realizan procesos de recuperación. En Jericó, el centro de la capital, se acompañó a 384 personas en 2017; en Samaría, de Alcázar de San Juan, 384; en Virgen de Gracia, de Puertollano, 265. Además, el centro de inserción, que ayuda a las personas afectadas en una segunda fase del programa, cuando ya se han recuperado de los problemas básicos, continuaron el proceso 34 personas. Por último, desde hace algunos años existe en Ciudad Real un piso de autonomía, en el que se ayuda a que se produzca una inserción social completa. En este piso se trabajó en 2017 con 7 personas.
Aquí puedes leer el manifiesto.