Ayer, 30 de agosto, en la ermita del Cristo de la Luz, en el convento de los Padres Pasionistas, de Daimiel, se desarrolló la treinta y cinco caravana blanca, es decir, la "procesión", el recorrer de los enfermos para reunirse en torno a la Virgen María. En Daimiel, la advocación de la Virgen de las Cruces, es la que recoge oraciones para presentárselas a Dios, nuestro Padre.
El encuentro dio comienzo a las 19:00 h. con la celebración de la Eucaristía presidida por el Padre Ricardo, padre pasionista. En la homilía se dirigió a los enfermos y mayores llamándolos «maravillas de Dios» haciendo alusión a las palabras de la Virgen María en la oración del Magnificat.
Como cada año se tiene por costumbre celebrar este encuentro fraterno, encuadrándolo dentro de los actos religiosos dedicados a la Virgen de las Cruces, por ser sus fiestas patronales.