Dentro de la campaña trienal de Manos Unidas contra el hambre 2016–2018, este año abordamos la idea de plantar cara a esta lacra desde nuestro compromiso con una producción y consumo sostenibles, bajo el lema «El mundo no necesita mas comida; necesita mas gente comprometida».
El hambre es un problema social con implicaciones que exigen una respuesta a nivel internacional, respuesta que se ha articulado en torno al principio ético de la solidaridad, también asumido desde Manos Unidas.
Dentro de la temática específica para esta campaña, nuestro propósito es hacer ver que los alimentos ya no se destinan para saciar el hambre, sino que se han convertido en moneda de cambio para inversiones y especulación para ganar dinero.
Queremos en esta campaña adquirir un compromiso de respeto con el medioambiente, con los recursos naturales como el agua y los bosques. Manos Unidas apoya un modelo productivo sostenible, que busca integrar la producción agrícola y el medio ambiente, dando protagonismo a las familias campesinas en la búsqueda de su seguridad alimentaria, impulsando la producción para el consumo local, y en el caso de obtener excedentes comercializándolos a través de redes de comercio justo.
No podemos dejar de lado el compromiso con un aprovechamiento riguroso de los alimentos. El Comité de Seguridad de la FAO en su informe de 2014, nos recuerda que 1.300 millones de toneladas de alimentos aptos para el consumo acaban en la basura cada año, lo que supone un tercio de la producción total de alimentos.
Todas estas razones nos llevan en nuestra 58 Campaña de Manos Unidas, a plantar cara al Hambre contando con «mas gente comprometida».
Por Pelayo Dorado Alonso, publicado en Con Vosotros.