«Ser sacerdotes es una cuestión de amor»

Al mediodía de hoy se ha celebrado, en la catedral de Ciudad Real, la ordenación de dos sacerdotes de la diócesis de Ciudad Real, Pedro Julián Delgado y Gabriel Rojas.

Gabriel Rojas Gutiérrez tiene 26 años y es natural de El Torno, mientras que Pedro Julián Delgado tiene 32 años y es natural de Ballesteros de Calatrava.

En la celebración, que ha presidido el obispo de Ciudad Real, Don Gerardo Melgar, ha concelebrado la mayor parte del presbiterio diocesano, en un templo en el que familiares y amigos han acompañado a los dos nuevos sacerdotes. La Coral Diocesana, compuesta por los seminaristas y fieles de toda la provincia, ha entonado los cantos de la ordenación.

Una vez proclamado el evangelio, se llamó a los dos diáconos, que después se presentaron públicamente ante don Gerardo. Entonces, el rector del Seminario, Juan Serna Cruz, como responsable de la formación de los dos alumnos y en representación de la Iglesia de Ciudad Real, pidió el orden presbiteral para los dos jóvenes.

En la homilía, don Gerardo ha agradecido el regalo de la vocación de Gabriel y Pedro Julián: «El sacerdocio es siempre un regalo, un gran regalo de Dios que ha querido haceros a vosotros. Nunca es un derecho de nadie, porque nadie tiene derecho a ser sacerdote. Es Dios quien llama. Basta con su gracia. Un día os miró con cariño y os dijo: “Sígueme”. Y vosotros, Después de un profundo y prolongado discernimiento, guiados por la fe, le dijisteis con generosidad: “Aquí estoy. Cuenta conmigo”. Hoy, Con vuestra ordenación sacerdotal se hace realidad este gran regalo que Dios nos ha hecho».
 

«Ser sacerdotes es una cuestión de amor. Amor a Dios porque, si amamos a Dios, amaremos también a nuestra gente, a nuestro pueblo, a cada una de las personas que el Señor nos confíe»


Además, les ha invitado a poner en manos de Dios su amor, que «es un amor imperfecto, oscurecido a veces por nuestro pecado […]. Ser sacerdotes es una cuestión de amor. Amor a Dios porque, si amamos a Dios, amaremos también a nuestra gente, a nuestro pueblo, a cada una de las personas que el Señor nos confíe. El amor a Dios es la razón que motiva nuestro ardor pastoral. Es la razón de nuestra entrega, de nuestras renuncias, de nuestros desprendimientos, de todo cuanto nos pide el sacerdocio y de la renuncia a nosotros mismos para entregarnos plenamente a Cristo y a los hermanos. Solo si amamos a Cristo y a los hermanos, la vida de un sacerdote encuentra pleno sentido», ha dicho don Gerardo.

Una vez concluida la homilía, los dos jóvenes manifestaron ante don Gerardo su voluntad y disposición para cumplir el ministerio, prometiendo obediencia justo antes de que toda la Iglesia pidiera la gracia para ellos con el canto de las letanías.

La imposición de manos del obispo y la plegaria de ordenación otorgó a los nuevos sacerdotes el don del Espíritu para la función que van a desempeñar a partir de ahora. Después de que el resto del presbiterio impusiera sus manos sobre los elegidos, varios sacerdotes ayudaron a los jóvenes a revestirse con la estola y la casulla. De este modo se significa claramente que ya son sacerdotes.
 

«Es Dios quien llama. Basta con su gracia. Un día os miró con cariño y os dijo: “Sígueme”


A continuación, el obispo ungió las manos de Gabriel y Pedro Julián con el Santo Crisma, expresando su participación en el sacerdocio de Cristo. Después de ungirlos, les entregó el pan y el vino, indicando el deber que tienen los sacerdotes de presidir la eucaristía y del seguimiento de Cristo crucificado.

Por último, tras estos ritos, el obispo abrazó a los nuevos sacerdotes (el beso de la paz), acogiéndolos como nuevos colaboradores en su misión junto al resto del presbiterio, que saludó también con un abrazo a los ordenados.

La celebración continuó con la liturgia eucarística, en la que los nuevos sacerdotes ya participaron concelebrando junto a todos los sacerdotes de la diócesis.

Al final de la celebración, don Gerardo volvió a agradecer la entrega de los nuevos sacerdotes, entregándoles el título de presbíteros.
 
Pedro Julián Delgado celebrará su primera misa este domingo a las 12:00 h., en la parroquia de Ballesteros de Calatrava. Por su parte, Gabriel Rojas presidirá la primera eucaristía en la parroquia de El Torno, también mañana domingo, a las 19:00 h.