En la tarde del pasado viernes 19 de enero, tuvo lugar en el templo de San Pedro de Ciudad Real la oración ecuménica que convocó la Delegación Diocesana de Ecumenismo.
Con los materiales de la Semana de Oración por la unidad de los cristianos, el delegado de ecumenismo de la diócesis, Amadeo Puebla, dirigió la vigilia recordando la petición de Jesús al Padre: «Padre, que todos sean uno para que el mundo crea».
La oración fue una contemplación de la parábola del buen samaritano, «a la luz del pensamiento de los santos Padres, cristianos que siguieron a Cristo en los primeros siglos, en muchos casos en medio de persecuciones. Ellos encontraron en esta parábola el proyecto de salvación de Dios para la humanidad entera», dijo el delegado.
Durante la reflexión, ayudado por los materiales preparados por los cristianos de Burkina Faso para la semana de oración, Puebla invitó a rezar pensando en que el hombre que bajaba de Jerusalén y fue asaltado en la parábola, era imagen de la humanidad entera, tal y como reflexionaron los Santos Padres, que «vieron en los bandidos una imagen de los poderes terrenales hostiles que asaltan al hombre. Como Adán expulsado del paraíso descendió a un mundo en peligro y vulnerable, alejado de la paz y armonía vivida hasta entonces, así el hombre de todos los tiempos y lugares vive en medio de dificultades, sombras e incertidumbre». En esta línea, «Cristo mismo es representado por aquel que, movido por la compasión, acudió en ayuda del hombre medio muerto y curó sus heridas».
«Quienes nos llamamos cristianos, creemos que Cristo es nuestro salvador. Pero a veces la relación entre nosotros se parece más a la de los judíos con los samaritanos, divididos cultural y teológicamente y en clima de enemistad y hostilidad, desfigurando el rostro de Cristo», dijo, invitando a la comunidad a pedir por la unidad de todos los cristianos haciéndose la pregunta que hace el mismo Jesús: «¿Quién demostró ser prójimo del hombre necesitado?». Y, tú, ¿quieres ser prójimo?»