Cerca de dos mil personas participaron en el XI Encuentro Creo

Los pasados 4 y 5 de marzo, tuvo lugar en Campo de Criptana el undécimo Encuentro Creo, con el título Nuestra Pascua es Cristo. Participaron cerca de dos mil personas.

Fue «un recorrido intentando entender el concepto de Pascua, en primer lugar en el pueblo judío, con el paso de la liberación de la esclavitud a la liberación a través de la figura de Moisés. Luego, explicando como celebran la Pascua los judíos, con la cena que recuerda la salida de Egipto y, después, el cambio que da Jesucristo a la cena de Pascua con la Última Cena», explica el delegado de Pastoral de Juventud en la diócesis de Ciudad Real, José Felipe Fernández.

El encuentro consistió en varias escenas preparadas por los jóvenes de la diócesis en distintos lugares de Campo de Criptana. Los grupos iban recorriendo las escenas, comenzando por la plaza Pozo Hondo de la localidad y terminando en el convento.

En la primera parte de la exposición se recorrió la historia de Moisés: el envío de Jetró a Moisés para cuidar sus rebaños, la zarza ardiente, la petición de liberación de Moisés al faraón y las plagas de Egipto, terminando con la Pascua. Toda esta historia se desarrolló en el Colegio Ntra. Sra. del Rosario.

Desde allí, los visitantes pasaban al entorno de la ermita de la Madre de Dios con la representación de un mercado judío y, ya dentro de la ermita, la recreación de una cena pascual judía con toda su liturgia. A partir de aquí, se presentaba la figura de san Juan Bautista, luego la multiplicación de los panes y los peces y, en la ermita de la Veracruz, con un audiovisual se explicó la entrega de Jesús en la Última Cena.

Después, con un pequeño teatro en la calle, se rememoraba la muerte de Jesús comparándola con el sacrificio de los corderos en el templo. Desde la institución de la eucaristía, el desarrollo expositivo daba el paso a la vivencia eucarística de la comunidad eclesial. Ante el Santísimo, en el templo del convento, los visitantes concluían el recorrido rezando.

Cerca de dos mil personas participaron en el encuentro, junto a más de cien voluntarios y los grupos parroquiales de Campo de Criptana.

Lamentablemente, durante la tarde del domingo, una de las jóvenes voluntarias de Manzanares, Irene, sufrió un problema médico que motivó su ingreso en el hospital de Alcázar de San Juan, donde falleció el 8 de marzo. La misa exequial tuvo lugar el 9 de marzo en la iglesia de La Asunción de Ntra. Sra. de Manzanares.