Cáritas y la Delegación Diocesana de Migraciones formaron, en la tarde de ayer, un «círculo de silencio» en la Plaza Mayor de Ciudad Real para reivindicar «la construcción del futuro con migrantes y refugiados».
Esta actividad se incluye en el programa de acciones por la Jornada Mundial del Migrante y del Refugiado que celebramos el pasado domingo, este año con el lema Aquí construimos un futuro con migrantes y refugiados.
El delegado de Migraciones de la diócesis, Julián Plaza, inició la actividad en la plaza formando el círculo de silencio, que se rompió por la lectura del manifiesto de la jornada. Se trata de un texto que insiste en la necesidad de un futuro que tenga en cuenta a migrantes y refugiados defendiendo «la inquebrantable dignidad de la persona» y subrayando «cuatro llamadas» con los migrantes y refugiados: «No hay futuro sin justicia», la llamada a la participación directa de los migrantes y refugiados en la construcción del futuro, el reconocimiento de la aportación de los inmigrantes, y la hospitalidad con ellos.
El manifiesto concluye con una pregunta: «¿Cómo podemos construir un futuro donde todos quepan y podamos vivir en paz y fraternidad?»
Una vez concluyó la lectura, los participantes firmaron una iniciativa legislativa popular para pedir una regularización extraordinaria de inmigrantes.