El 30 de abril se celebró en la Casa de la Iglesia de Ciudad Real el XIV Encuentro de Pastoral Obrera. Después de dos años de suspensión por la pandemia, la pastoral obrera de la diócesis de Ciudad Real volvió a reunirse para profundizar en el trabajo que realizan en el mundo obrero.
La jornada consistió en una charla y coloquio titulada Pastoral Obrera, compromiso de la Iglesia con el trabajo digno. Retos y caminos, dirigida por José Fernando Almazán, miembro del consejo asesor de laicos y del grupo de trabajo de formación de la HOAC.
El ponente recordó que el «trabajo humano en las condiciones en las que se desarrolla siempre se ha sometido a la competitividad económica y al obtención del beneficio máximo, lo sabemos y lo sufrimos», dijo. Además, explicó que la pandemia trajo pobreza repentina a la vida de muchas personas. Por la misma causa, estos dos años de Covid han hecho que crezca el individualismo en el ámbito laboral con el aumento del trabajo no presencial. Ante este hecho, que «ahorra gastos fijos a las empresas pero reduce la reivindicación sindical, el compañerismo y la tarea compartida», Almazán propuso una reflexión sobre el mundo del trabajo, llamando a los militantes de la pastoral obrera a la corresponsabilidad, sinodalidad y comunión. Citó en este punto al papa Francisco en Fratelli tutti: «El gran tema es el trabajo, hacer brotar las semillas que Dios ha puesto en cada uno para el bien común».
En el mismo sentido, hizo una llamada a los militantes para que la Iglesia abra espacios de acogida y escucha, comenzando en las parroquias. De este modo, las comunidades acompañarán las realidades que nadie acompaña, favoreciendo el encuentro humanizador de personas descartadas por el «mercado de trabajo». De este modo, a su juicio, se evangeliza el futuro.
Concluyó expresando que la «impotencia compartida» ante los problemas del trabajo hace que los cristianos «nos sintamos humildes y necesitados de la acción de Dios» en la tarea evangelizadora del mundo del obrero y del trabajo hacia el trabajo decente para todas las personas».
Al día siguiente, el 1 de mayo, la pastoral obrera de nuestra diócesis participó en la eucaristía en el templo de Santiago, apóstol, en una misa que presidió el vicario de pastoral, Luis Eduardo Molina.