Cáritas evalúa la campaña de temporeros 2021

Desde finales del mes de mayo y hasta mediados de octubre, en varias Cáritas parroquiales de nuestra diócesis, y con el lema El trabajo digno da buen fruto, se ha desarrollado la Campaña de Temporeros, que ha tenido como horizonte el reconocimiento, acceso y protección de los derechos humanos de todas las personas.

Durante su desarrollo, Cáritas ha organizado dispositivos de atención, acogiendo y dando respuesta a las necesidades básicas de los temporeros. De igual modo, se han escuchado los problemas que planteaban, como situaciones de abuso, de precariedad de las condiciones de trabajo o de falta de alojamiento. A la vez, se ha informado y asesorado sobre las situaciones planteadas, los recursos locales existentes y el Servicio de Intermediación Laboral de Cáritas.

Cáritas ha organizado dispositivos de atención, acogiendo y dando respuesta a las necesidades básicas de los temporeros

También este año se ha seguido trabajando en algunas localidades en el trabajo conjunto de Cáritas con los ayuntamientos, Policía Local, Policía Nacional, Guardia Civil, CC.OO., UGT, ASAJA y UPA, el único modo de ir dando pasos en la consecución de unas condiciones dignas de trabajo.

Teniendo esto en cuenta, la campaña no puede considerarse sólo como un dispositivo en el que Cáritas, de forma individual o en coordinación con otras entidades, organiza la ayuda que se va a prestar a los temporeros, sino que también supone la implicación de otras entidades con el bienestar de estas personas y la denuncia de la mala situación en la que no pocas de ellas viven.

Números similares a los de otros años

Este 2021, desde Cáritas se ha atendido a 1029 temporeros, datos similares a los de estos últimos años; el 81,5 % son hombres y el 18,5 % mujeres. Más del 73% de ellos tienen edades comprendidas entre los 15 y los 45 años. Si tenemos en cuenta la procedencia, el 97,8 % de las personas atendidas son inmigrantes y solo el 2,2 % españoles; más del 43% procedían de Marruecos o de África Sahariana, casi el 17 % de países de África Subsahariana, el 31,6 % de países de Europa del Este, el 1,5% de países Latinoamericanos y el 2,2% españoles.
 
El 38,8% de los temporeros atendidos estaban en situación irregular o indocumentados y el 65,3% de ellos, durante el tiempo en el que se han desarrollado las distintas campañas de recogida, han vivido en asentamientos, infraviviendas o en la calle.
 
Las dificultades de acceso a la vivienda se siguen agravando año tras año, ya que el convenio del campo en la provincia de Ciudad Real no exige que el empleador proporcione alojamiento, provocando situaciones absolutamente indignas. Seguimos viendo viviendas con condiciones de habitabilidad deficiente, situaciones de hacinamiento y con alquileres y realquileres abusivos; viviendo en asentamientos, en naves o casas abandonadas sin acceso a electricidad y agua, en condiciones insalubres y sin servicio de recogida de basuras.
 
Servicio de Intermediación Laboral para Campañas Agrícolas

Desde el Servicio de Intermediación laboral para las Campañas Agrícolas, que cuenta con varios años de experiencia, se ha acompañado a los temporeros con el fin de que pudieran trabajar en condiciones dignas y evitar que se produjesen vulneraciones de derechos laborales.

El Servicio de Intermediación Laboral se ha desarrollado en las localidades de Tomelloso y Ciudad Real como Agencia de Colocación, aunque han accedido todas las Cáritas de la zona que trabajan con temporeros. Ha tenido dos líneas de trabajo: por un lado, atender a los temporeros y, por otro, sensibilizar a las empresas agrícolas y agricultores, ofreciendo intermediación laboral como medio para cubrir los puestos de trabajo que se necesitasen.

Los temporeros que han accedido al Servicio de Intermediación Laboral tenían que encontrarse en situación administrativa regular y, por tanto, con posibilidad de trabajar. Se ha atendido a 109 personas, de las cuales 106 eran hombres y 3 mujeres. El 99 % son inmigrantes.

Se han recibido 22 ofertas de empleo y 11 personas han encontrado trabajo. No todas las ofertas se han podido cubrir debido a que no cumplían las condiciones o pedían exigencias para la contratación, como exigir personal de una nacionalidad concreta.

Este año la atención a temporeros ha venido marcada por la cantidad de personas que solicitaban informaciones muy diversas, a nivel laboral y también a nivel jurídico. El 80% de las personas atendidas en el servicio presentaban problemas con gestiones administrativas, la mayoría de las gestiones se han atendido a pesar de las limitaciones de los recursos propios y la escasez de recursos en las localidades.
 
Cuando hablamos de temporeros, hay que tener en cuenta que son personas de paso, que no están empadronadas en la localidad, que no entienden bien el idioma y necesitan ayuda rápida para resolver los diferentes problemas, por ello la coordinación con la Administración Pública, ayuntamientos, SEPE, Seguridad Social, Tesorerías, Extranjería o SOJSE es fundamental para poder prestar una atención adecuada.

Durante este año, casi el 20 % de los temporeros repiten campaña y vuelven a la localidad para trabajar con el mismo agricultor, pero el resto se encuentran con muchos problemas y dificultades que ponen de relieve que otro año más son muchas personas las que sufren vulneración de derechos laborales.

Inestabilidad laboral y abusos

La inestabilidad laboral es un inconveniente importante al no existir la misma carga de trabajo todos los días y de forma seguida. Se trabaja días sueltos, esperando que finalice la jornada de trabajo, para saber si se tiene que volver al día siguiente o hay que esperar una llamada que muchas veces no llega.

Las jornadas reales siguen sin declararse ni aparecer completas en la mayoría de las vidas laborales, aunque sí hay que destacar que hay un aumento de altas en la Seguridad Social, por lo que cada vez son más agricultores los que dan de alta a sus trabajadores, aunque no cotizan el total de los días reales trabajados.

Quien subcontrata paga al temporero quedándose con parte del salario que debería recibir, con salarios por debajo de lo que marca el convenio agrícola, teniendo que pagar al intermediador ilegal por el desplazamiento al lugar del trabajo y por las herramientas

Muchos temporeros presentan problemas con su documentación, unos porque la tienen caducada o a punto de ello, otros porque no tienen permiso de trabajo o llevan documentación de otras personas, lo que dificulta el acceso a la bolsa de trabajo para las posibles contrataciones.

Además, Cáritas sigue denunciando el problema de los intermediadores ilegales, que se encargan de contactar con los agricultores o empresarios agrarios para ofrecerles los trabajadores que necesitan. Se trata de una práctica muy cómoda para el agricultor, pero que a veces desconoce lo que conlleva, puesto que esconde una subcontratación ilegal en la que se aprovechan de la situación de vulnerabilidad de los temporeros.

Quien subcontrata paga al temporero quedándose con parte del salario que debería recibir, con salarios por debajo de lo que marca el convenio agrícola, teniendo que pagar al intermediador ilegal por el desplazamiento al lugar del trabajo y por las herramientas. Además, sufren amenazas de no volver a ser contratados si hablan y cuentan la realidad de su situación.

Se ha identificado a personas trabajando sin contrato, sin alta en la Seguridad Social, personas sin documentación ni permiso de trabajo que trabajan sin contrato o son dados de alta con los documentos de otras personas.

Desde Cáritas se agradece el trabajo de 97 voluntarios y 11 colaboradores sin los cuales no hubiera sido posible el desarrollo de esta campaña.