La HOAC celebra su LXXV aniversario

La Hermandad Obrera de Acción Católica ha celebrado estos días el LXXV aniversario de su fundación.
 
El 3 de noviembre de 1946, en la Basílica de La Milagrosa de Madrid, tuvo lugar el nacimiento oficial de la Hermandad Obrera de Acción Católica, la HOAC, que cumple ahora setenta y cinco años de trabajo y envío para la evangelización del mundo obrero, según el empeño de sus promotores, Guillermo Rovirosa y Tomás Malagón, sacerdote de nuestra diócesis de Ciudad Real.

El domingo 14 de noviembre pasado, la HOAC de Ciudad Real se reunió para celebrar el aniversario junto a la comunidad cristiana de San Juan Bautista de Ciudad Real, donde suelen tener lugar los encuentros de la hermandad. Con la misa, culminaba un encuentro de todo el fin de semana en el que programaron su acción apostólica para los dos próximos años.

«En 2021, la HOAC celebra, con gozoso agradecimiento, setenta y cinco años de fidelidad eclesial, de entrega incondicional de las vidas de tantos hombres y mujeres militantes, y de encuentro y comunión con la vida de nuestras hermanas y hermanos del mundo obrero, celebrando juntos las alegrías, esperanzas y luchas», dicen desde la Hermandad, alegres por todos los años de trabajo y por todas las personas que han vivido su fe en la HOAC.

La Hermandad Obrera de Acción Católica
 
«En Jesús de Nazaret, Dios se ha hecho obrero, y nos enseña a tender puentes y derribar muros para construir fraternidad en el mundo obrero, entre la Iglesia y el mundo del trabajo».

Guillermo Rovirosa, primer militante de la HOAC, decía en los primeros años: «Estamos en los primeros tiempos de la HOAC. En los balbuceos. Su plenitud (la «plenitud de los tiempos») no sabemos para cuándo la tiene Dios dispuesta. A Él corresponde el mandar la lluvia temprana y la tardía, así como el mandar operarios a su mies obrera».

Ahora, setenta y cinco años después de los primeros pasos de la HOAC, los militantes de Ciudad Real recuerdan que el evangelio del domingo en el que celebraron el aniversario hablaba sobre la gracia de Dios en los acontecimientos y sobre la lectura de los signos de los tiempos. «Cada día es tiempo de misión —dicen— , que adelanta los cielos nuevos y la tierra nueva donde habita la justicia, la verdad y la paz. La muchedumbre de los santos de Dios, hombres y mujeres, muertos en el campo de honor del trabajo y de la lucha nos protegen, nos sostienen y nos conducen en la tarea».