Fermín Gassol Peco es director de Cáritas Diocesana desde el 12 de agosto de 2013. Han pasado ocho años. Antes había colaborado con Cáritas Interparroquial de Ciudad Real y en otros trabajos voluntarios con la diócesis. Ahora que va a dejar la dirección de Cáritas, hablamos sobre su trayectoria en este tiempo.
Fermín, ¿qué supone para un cristiano poder colaborar tan intensamente en un aspecto esencial de la vida de la Iglesia como es la caridad?
El ejercicio de la caridad es consustancial para la vida de cualquier cristiano comprometido con el mensaje del Evangelio y la misión de la Iglesia. Supone llevar el Reino de Dios a las personas más desfavorecidas, a los preferidos del Señor. La eucaristía y la caridad significan y contienen en plenitud las expresiones comunitarias de la fe. Ser voluntario de Cáritas y haberla dirigido, un privilegio y una gracia.
¿El servicio como director de Cáritas está estipulado en sus estatutos? ¿En qué sentido? ¿Hay una fecha límite? ¿Se puede prorrogar?
La figura de la dirección diocesana está recogida en el artículo 32 de los estatutos. Es quien ostenta la representación legal de Cáritas y el responsable ejecutivo de todas sus acciones. Debe dar cuentas de su gestión al Consejo Diocesano, de acuerdo con las líneas pastorales de la diócesis y en comunión con el obispo; es nombrado por éste a propuesta del citado Consejo por un periodo de cuatro años prorrogables por otros cuatro años consecutivos. Ocho años es, pues, el tiempo máximo.
¿En qué ha cambiado tu visión de la Iglesia y, de Cáritas en concreto, en estos ocho años?
En la urgente necesidad de una mayor implicación del laicado en las misiones y tareas eclesiales derivadas del sacramento del bautismo. El futuro de la Iglesia pasa, sí o sí, por el compromiso y testimonio de los laicos. Respecto a nuestra Cáritas, el cambio más profundo creo que ha sido sin duda el de una apuesta decidida por una labor promocional basada en la confianza hacia los empobrecidos; un ministerio eclesial confiado a los laicos que en estos momentos se antoja profético.
¿Cómo fue de importante para Cáritas y para la vida de la Iglesia en Ciudad Real la celebración del 50 aniversario de Cáritas?
Para la Iglesia Diocesana creo que se trató de una fecha trascendente por su significado. En Cáritas la vivimos como un momento de celebración y de profundo agradecimiento al Señor. Cualquier año lo es, pero el de 2014 resultó ser especialmente gratificante. Cuántos recuerdos de escenarios y vidas compartidas con los empobrecidos, cuántas personas involucradas con medios muy precarios, cuánta ilusión en los proyectos, cuánta profecía en las acciones, cuánto amor derramado entre los desheredados…La exposición itinerante y el video conmemorativo recogen todo ello, creo que manera acertada.
De todo este tiempo, de todos tus desvelos y entregas, ¿qué destacarías como más sobresaliente?
Las preocupaciones y satisfacciones inherentes a cualquier responsabilidad ejercida en una organización compleja como resulta ser nuestra Cáritas Diocesana, integrada por personas con virtudes admirables y que teniendo como único fin el ejercicio de la Caridad, presenta momentos, sensibilidades y acciones muy diversas a las que saber responder. Nuestra diócesis es muy grande, con escenarios de pobreza muy distintos.
Ser voluntario de Cáritas y haberla dirigido es un privilegio y una gracia
Por último, deseo resaltar la entrega y dedicación ilusionada de tantas voluntarias y voluntarios que ejercen la labor caritativa en las Cáritas parroquiales y centros de acogida, algunos con edades avanzadas. Mención aparte la entrega generosa de los trabajadores, voluntarios liberados, como me gusta llamarlos, que los acompañan y asesoran con gran nivel profesional y vocacional. Me siento muy orgulloso a la vez que agradecido a Dios por haber estado rodeado durante estos años de tantas personas buenas y comprometidas con los más necesitados.
Esta entrevista se publicó en
Con Vosotros de 27 de junio de 2021