El pasado 3 de abril, el obispo, don Gerardo Melgar, pidió a los sacerdotes, comunidades religiosas, hermandades y fieles la colaboración con Cáritas a través de una cuenta que ya ha recibido 117.131 euros.
Primero a los sacerdotes, en su carta del 3 de abril, y después a comunidades religiosas y hermandades, en su carta del 21 de abril, don Gerardo pidió a la diócesis su ayuda para Cáritas siguiendo «los principios de la Doctrina Social de la Iglesia y la acción de los católicos en la reconstrucción de la vida social y económica», dijo, refiriéndose a la implicación de todos los cristianos para ayudar a los más débiles en la pandemia.
Desde entonces, en la cuenta destinada a recoger la ayuda, se han recibido 117.131,34 €, entre los que 50.000 se donaron directamente desde el Obispado. Además, los sacerdotes han respondido con 28.509,34; parroquias y hermandades con 26.056; varios seglares con 10.555 y personas anónimas con 2.011 €.
La cuenta del Obispado para ayudar a Cáritas está en Globalcaja, con el IBAN ES16-3190-2082-2820-0912-4716, indicando en el concepto CAMPAÑA SOLIDARIA COVID-19. Estos donativos pueden ser desgravados hasta en un 80% los primeros 150 euros en la Declaración de la Renta del próximo año
A estas cantidades hay que sumar las que los fieles, sacerdotes y hermandades están enviando directamente a cada una de las Cáritas locales, así como las donaciones que recibe Cáritas Diocesana a través de otros medios.
El trabajo de Cáritas, en colaboración con los servicios sociales, está siendo indispensable en estos momentos, sobre todo para atender a los grupos más excluidos, con menos posibilidad de recibir ayudas y que ya antes de la situación causada por el coronavirus vivían en los márgenes sociales. Además, los próximos meses la situación no mejorará, con unos niveles de paro altísimos y el resto de problemas derivados de la pandemia y del confinamiento, desde el parón productivo a las familias rotas por la enfermedad.
Más de mil familias atendidas en solo un mes
Hasta el 23 de abril,
Cáritas había atendido a mil ciento cincuenta y dos familias, en poco más de un mes desde el comienzo del Estado de Alarma. El mayor número de ayudas se destinó a cubrir las necesidades básicas, como alimentación e higiene, intervenciones de escucha telefónica, apoyo psicosocial y orientación. Además, las familias han seguido recibiendo la beca de asistencia a talleres, ya que en la mayoría de las ocasiones era el único ingreso mensual.