Daniel Lazar es sacerdote católico de rito bizantino residente en Ciudad Real. Fue ordenado sacerdote en 2005, pertenece a la Diócesis de Cluj-Gherla, de Rumanía, y está integrado desde hace años en nuestra diócesis para la atención de los católicos de rito oriental. Nos habla sobre la Iglesia greco-católica y las diferencias entre este rito y el latino.
La Iglesia greco-católica es parte integrante de la Iglesia católica, que está compuesta por muchas Iglesias locales unidas entre sí por el sagrado vínculo de la comunión en la fe, sacramentos y gobierno, y está presidida por la Iglesia de Roma, fundada por la predicación y el martirio de Pedro y Pablo. En consecuencia, todos los obispos que rigen las Iglesias locales mantienen la comunión jerárquica entre sí y todos con el obispo de Roma.
Desde los intentos de unión de los cristianos (el Concilio de Lyon, y el de Ferrara-Florencia), fieles y pastores de muchas Iglesias orientales, conservando el patrimonio litúrgico, espiritual, teológico y canónico, han alcanzado la plena comunión con la Iglesia. Las Iglesias católicas orientales mantienen pues la unidad eclesial y la diversidad de sus tradiciones propias.
En la Iglesia greco-católica, durante la Cuaresma, el ayuno es riguroso, y en todo este tiempo, para significar la austeridad, las mujeres no se visten de colores sino casi de luto. La oración es más intensa, el viacrucis se reza cada día en la parroquia, los cantos están inspirados en la Pasión del Señor.
La Iglesia greco-católica es parte integrante de la Iglesia católica, que está compuesta por muchas Iglesias locales unidas entre sí por el sagrado vínculo de la comunión en la fe, sacramentos y gobierno, y está presidida por la Iglesia de Roma
La actitud de penitencia es muy importante como preparación para la Pascua. Algunos practican desde el Jueves Santo hasta la noche de resurrección el llamado «ayuno de nuestro Señor», no se come ni bebe nada.
Luego, la noche de Pascua es vivida muy intensamente por todos. El clima es de oración, alegría, emoción por la resurrección de Cristo. La vigilia empieza en el exterior del templo, se lee el Evangelio de la Resurrección, y luego se dan tres vueltas en torno a la iglesia, cantando: «Cristo ha resucitado de entre los muertos, con la muerte pisotea la muerte y concediendo la vida a los sepultados». La entrada es espectacular, el sacerdote significa a Cristo que entra en el cielo.
Cada alma recibe fuerza y luz, es algo especial, el creyente se renueva por la fe en la resurrección.
En la mañana del Domingo de Pascua, antes de ir a misa, los niños van por las casas de los vecinos anunciando: ¡Cristo ha resucitado! Se les responde: ¡Verdaderamente ha resucitado!, y reciben huevos rojos y dulces de Pascua. Este va a ser el saludo entre todos: Hristos a inviat!
Se llevan en una cesta para ser bendecidos algunos manjares como un pan especial con queso por encima, cozonac (un bizcocho de molde), tocino, huevos rojos, vino.
Algunos van a los cementerios después de la misa y reparten huevos y dulces especiales de Pascua.
También en estos días cada niño estrena ropa nueva (algo nuevo hay por la resurrección), ellos esperan con alegría este día tan especial. Son tres días de fiesta, en un clima de alegría y júbilo.
Por Daniel Lazar