Hoy celebramos la fiesta de la Virgen de Lourdes. Además, por ese motivo es la Jornada Mundial del Enfermo. Nos escriben desde la Hospitalidad diocesana de Lourdes.
Bernadette Soubirous nunca fue sola a la gruta durante las dieciocho apariciones entre febrero y junio de 1858; para ir allí, de un modo u otro siempre estuvo acompañada y fue acogida. El acompañamiento y la acogida de la que gozó fueron a la vez concretos y espirituales, siempre al servicio del encuentro que iba a vivir en la gruta.
María, la Inmaculada, es la primera que acoge a Bernadette en la gruta, pero muy pronto hay otras muchas personas antes de que llegue Bernadette: esa comunidad en oración es la Iglesia que la acoge. También hay otras personas que hacen posible que se abra camino entre la multitud.
Bernadette Soubirous nunca fue sola a la gruta durante las dieciocho apariciones entre febrero y junio de 1858; para ir allí, de un modo u otro siempre estuvo acompañada y fue acogida
Aquí se encuentra el origen de la primera hospitalidad, que años más tarde se convertirá en la Hospitalité de Notre Dame de Lourdes, con la finalidad de acoger a los miles de peregrinos que de todas partes de Europa llegan a Lourdes. Hoy son más de doscientas hospitalidades las que forman esta archicofradía agrupando a más de 100.000 mujeres y hombres que sirven como voluntarios a los peregrinos enfermos o discapacitados que acuden a Lourdes para revivir en la gruta, como Bernadette, el encuentro con María y, a través de ella con su hijo Jesús.
Nuestra Hospitalidad diocesana se unió 1978 a esta archicofradía y, desde entonces, permanece fiel a su vocación de acompañamiento y acogida de todos aquellos que participan en las peregrinaciones diocesanas anuales al santuario de Lourdes, ahora interrumpidas por los motivos de la crisis sanitaria que padecemos.
Hospitalidad diocesana de Lourdes