Tradicionalmente, el obispo de Ciudad Real preside la eucaristía del 24 de diciembre en la prisión de Herrera de La Mancha. En esta ocasión, estuvo acompañado por el grupo scout de San Pedro, que llevó la Luz de la Paz de Belén a la prisión.
La Luz de la Paz es una iniciativa scout que enciende cada año una llama en la cueva de la Natividad de Belén, desde donde se distribuye, sin apagarse, por todo el mundo. Dentro del proyecto es importante que llegue a los hogares, pero también a aquellos lugares en los que se vive de manera concreta el sufrimiento o la soledad: hospitales, residencias o prisiones.
Con la visita a Herrera, Pablo Martín del Burgo, consiliario del grupo scout, explicó que se insistió en la misericordia de Dios con «una luz que quiere ser también signo de perdón». El sacerdote acompañó al obispo en la misa, junto al capellán de la prisión, el trinitario Vicente Elipe y varios jóvenes scout.
Después de la misa, los jóvenes se reunieron con el capellán para contar la experiencia vivida por cada uno, reflexionando sobre la misericordia, la situación de los presos y la esperanza que ofrece el mensaje cristiano y la relación con Cristo.