El pasado 22 de diciembre el grupo de scouts de la parroquia de San Pedro de la capital reunió en el templo a más de mil personas para la entrega de la Luz de la Paz de Belén.
Además, en la misma celebración se bendijo el belén parroquial, así como las imágenes de los misterios de cada casa que la gente llevó a la iglesia mientras el grupo de scouts entonaba villancicos.
El sacerdote que presidió la celebración, Pablo Martín del Burgo, explicó que el símbolo de la Luz de la Paz de Belén debe servir para «tener presente la paz de Dios, para llevarla a nuestros hogares, mantenerla “encendida” y alumbrar el mundo con ella».
El día anterior, el grupo scout llevó la Luz de la Paz a la comunidad de las Siervas de María que, a su vez, extenderán la luz por los hogares a los que acuden en su obra apostólica.
El proyecto de la Luz de la Paz de Belén
La Luz de la Paz de Belén es una iniciativa de los scouts y guías de Austria que, con la colaboración de scouts de diferentes países de Europa y otros continentes, reparten la Luz de la Paz encendida cada año por un niño austriaco en la cueva del nacimiento de Jesús en Belén. La distribución de la Luz de la Paz a todos los países participantes se realiza desde Viena.
Allí, unas semanas antes de Navidad, se reparte la luz a todas las delegaciones asistentes para que la hagan llegar a sus respectivos países con un mensaje de paz, amor y esperanza.
Posteriormente, los scouts y las guías la distribuyen por parroquias, hogares particulares, hospitales, residencias de ancianos, prisiones y otras asociaciones de sus respectivos pueblos y ciudades.
Este año, la Luz de la Paz llegó el día 15 de diciembre a Castellón, donde la Asociación Diocesana de Escultismo de Ciudad Real la recogió. Se repartió el pasado viernes para toda la diócesis en la Catedral.