El pasado 1 de mayo, el obispo presidió la eucaristía por la fiesta de San José, obrero, en el templo parroquial de Los Ángeles, en Ciudad Real, con la presencia de muchos miembros de la Pastoral Obrera de la diócesis.
En sus palabras, monseñor Gerardo Melgar explicó la figura de san José y por qué es un modelo propuesto por la Iglesia: en el trabajo como trabajador; en el ambiente familiar construyendo un clima propicio para que Jesús fuera creciendo; y un modelo de oración continua que obedeció a la voluntad de Dios.
En cuanto al mundo del Trabajo, el obispo dijo que «el mundo obrero sigue existiendo, aunque su rostro ha cambiado. El puesto que ocupa en el sistema de producción sigue siendo el mismo». Nosotros, continuó, «como colaboradores de Dios en la transformación del mundo estamos llamados a promover los valores de justicia, honestidad, coherencia y ética laboral, política y profesional», haciendo una llamada a la implicación de cada sujeto en el problema.
Para terminar, y citando Gaudium et spes, monseñor Melgar afirmó que confiamos los gozos y las esperanzas, las angustias y las tristezas de los trabajadores y le «pedimos en esta eucaristía, por intercesión de san José, obrero, que nos conceda a todos el trabajo y las condiciones de una vida digna».