La Comisión de Seminarios y Universidades de la Conferencia Episcopal Española organizó entre el 9 y el 13 de julio una convivencia de seminaristas menores en el Seminario de Lugo.
Con el propósito de conocerse y orar juntos, el 9 de julio llegaron a Lugo 49 seminaristas menores de Bachillerato, 27 formadores, el secretario de la Comisión y el obispo responsable, a los que se unió el obispo de Lugo. En total, un grupo de 79 personas que pudieron disfrutar de unos días de convivencia, conociendo las distintas realidades de los seminarios de España.
El primer día el grupo pudo conocer Lugo, su muralla, el centro de la ciudad y la Catedral, con una visita a las torres y a las cubiertas que llaman «Un paseo por las nubes». No faltó conocer el Puente Romano y pasear por el Miño.
El siguiente día la actividad de la mañana se centró en la oración, con un retiro en el Monte Faro, donde celebraron la Eucaristía. Después, los seminaristas conocieron la bodega Regina Viarum, en Sober, donde les explicaron la elaboración del vino. Para la tarde, la organización preparó una ruta en catamarán por Cañones del Sil, con merienda en el mirador Pena do Castelo. Un concierto de música tradicional cerró las actividades del día ya en Lugo, antes del descanso.
La siguiente jornada se preparó para visitar la Diócesis de Mondoñedo-Ferrol, con la visita a una de las playas más bonitas de España: la Playa de las Catedrales. Esa actividad ocupó la mañana, y el grupo comenzó la tarde celebrando la Eucaristía en San Martiño de Foz, que presidió Luis Ángel de las Heras, obispo de Mondoñedo-Ferrol. Tras la misa, la visita se dirigió a Mondoñedo, donde pudieron rezar en el Santuario de Os Remedios y visitar la catedral. La última actividad de la jornada fue una vigilia especialmente preparada en torno al «Paso al Mayor», haciendo hincapié en el futuro cercano de todos los seminaristas de Bachillerato, y rezando por el correcto discernimiento vocacional.
El último día de la convivencia solo ocupó la mañana, con la visita a O Cebreiro, donde se celebró la Eucaristía.
Con esta convivencia, en la que participaron 4 seminaristas de Ciudad Real, se procuró que los seminaristas de España se conozcan y, además, se animen mutuamente a continuar discerniendo su vocación en el Seminario.