El presbiterio diocesano celebró a san Juan de Ávila

Este miércoles, diez de mayo,  los sacerdotes de la provincia se reunieron en el Seminario Diocesano para celebrar a su patrón, san Juan de Ávila, Doctor de la Iglesia y natural de Almodóvar del Campo.
 
Cada año, en esta fecha, la diócesis homenajea  a los sacerdotes que se ordenaron hace 25 y 50 años. Unas “bodas de plata y oro” que el presbiterio diocesano celebra con una conferencia y la Eucaristía. Este año, el párroco de Almodóvar del Campo, Juan Carlos Torres, ha sido el encargado de dirigirse a sus compañeros para hablar de «Juan de Ávila, maestro de vocación». Además, el sacerdote ha explicado las actividades que se están llevando a cabo desde hace más de un año en Almodóvar, en un proyecto que han denominado Vocatio, y que ha atraído a 35.000 personas a la localidad desde el Año Jubilar de 2013.
 
En su conferencia, Torres explicó cómo están transmitiendo la vida de san Juan de Ávila en su pueblo natal, en el que “nos dejó su discernimiento, su reflexión sobre la vocación”. Ahora, la parroquia quiere corresponder a la Iglesia ofreciendo un lugar de oración, para aprender lo que hizo el Doctor de la Iglesia, siempre en clave vocacional. Por este motivo, el sacerdote anunció que el obispo, monseñor Gerardo Melgar, ha querido apoyar el proyecto “para que la casa de san Juan de Ávila vaya siendo una casa de oración y espiritualidad al servicio de la diócesis. Para ello el obispado va a invertir en la remodelación de la última planta de la Casa de san Juan de Ávila, para disponer las 6 habitaciones para apoyar las experiencias de retiro espiritual”.
 
Tras las palabras del párroco de Almodóvar del Campo, se homenajeó a los sacerdotes que celebran sus “bodas de plata”, tres diocesanos y tres salesianos; y a los que celebran 50 años de sacerdocio, dos sacerdotes de la Diócesis y el obispo emérito, monseñor Antonio Algora, que estuvo presente en la celebración.
 
Después del homenaje se celebró la Eucaristía, presidida por el obispo de la Diócesis, monseñor Gerardo Melgar. En su homilía, invitó a todos a unirse a la “alegría, la acción de gracias y la oración de y por estos hermanos sacerdotes que celebran sus bodas sacerdotales, sus 50 o 25 años de sacerdocio y de entrega al Señor y a los hermanos”. Dio gracias a Dios por “el don del sacerdocio y del ministerio pastoral de la Iglesia”, puesto que es “un día especial para que nosotros, como sacerdotes, le agradezcamos sinceramente que se haya fijado en nosotros, nos haya elegido y nos haya llamado a seguir por este camino”. Sobre san Juan de Ávila, instó a los sacerdotes a fijarse en su ejemplo, en “su recia personalidad, su amor a Jesucristo, su pasión por la Iglesia y su ardor y entrega apostólica. Son todos estímulos que golpean nuestro corazón y vida sacerdotales […] para vivir con fidelidad la vocación”. Pidió al Señor, para terminar, que “por intercesión de san Juan de Ávila, nos ayude a todos a desarrollar en nuestra vida sacerdotal las mismas claves, para que de verdad seamos sacerdotes según el corazón de Cristo”.