Del 17 al 20 de marzo, en Madrid, se congregaron 39 mujeres que forman parte de la UMOFC (Unión mundial de organizaciones femeninas catolicas), de organizaciones europeas francesas, inglesas, galesas, italianas y españolas, para hablar sobre corrupción.
El hecho de tratar este tema surgió en la última Asamblea General, celebrada en Fátima en 2014. Desde nuestra Diócesis, como representante de la Acción Católica General en la UMOFC, participó Carmela Piqueras.
En el manifiesto final se señala que «corromper es pervertir la naturaleza de las personas, las ideas o las cosas, en interés o beneficio propio. Como mujeres católicas, entendemos que esa naturaleza es la de hijos de Dios, con una dignidad igual, plena. Sagrada. Queremos trabajar con coraje para eliminar la corrupción y sus efectos destructivos». Tras afirmar que la corrupción es un problema global, el manifiesto continúa exponiendo las consecuencias que produce: «La corrupción provoca desigualdad, injusticia, violencia y genera exclusión; la sufren especialmente los más pobres: pobres materiales, pobres espirituales, y con mayor incidencia, las mujeres; va en contra del bien común, pues egoístamente sólo busca el interés o beneficio propio; y compromete la misión evangelizadora de la Iglesia».
Puedes leer el manifiesto aquí.