La Catedral de Santa María del Prado de Ciudad Real ha acogido en la mañana de este viernes la celebración de la solemnidad de santo Tomás de Villanueva, patrono de la diócesis de Ciudad Real. La eucaristía, presidida por el obispo, don Abilio Martínez Varea, ha reunido a la mayor parte del presbiterio diocesano, así como a seminaristas, religiosos y religiosas y a numerosos fieles. También han asistido autoridades civiles y militares, junto a miembros de las fuerzas y cuerpos de seguridad del Estado.
Antes del inicio de la misa, toda la comunidad salió en procesión por los jardines del Prado, en torno a la catedral, acompañando a la imagen de santo Tomás, que portaban varios seminaristas. Tras dar una vuelta al templo, la procesión regresó al interior para continuar con la celebración eucarística.
En la homilía, don Abilio se detuvo en las lecturas proclamadas, resaltando la opción por los pobres con la que vivió el santo. Explicó que esta opción no nace solo del compromiso humano, sino de la unión con Cristo: «El centro, evidentemente, se deriva de Cristo, pero su opción evangelizadora fue una opción por los pobres». A partir de la primera lectura, recordó cómo la tradición bíblica del Jubileo tiene una profunda carga de justicia social, que también inspiró la vida del santo infanteño. En el Antiguo Testamento, dijo, «se liberaba a los esclavos, se perdonaban las deudas, las tierras vendidas volvían a sus antiguos propietarios», un signo de la misericordia de Dios que, en Cristo, adquiere una dimensión más plena: «El Año Jubilar es la liberación del pecado, es la recepción de la gracia por parte de Jesucristo».
En esta línea, destacó que en santo Tomás se unieron estas dos dimensiones del Jubileo: la preocupación por los pobres y la unión profunda con Dios. Sobre esto, advirtió del riesgo de una caridad sin raíces espirituales: «No nos confundamos: la opción por los pobres, si no tenemos una vida interior, enseguida se nos pasa y se nos difumina. La vida interior, que se lleva a través de la oración y la vivencia de los sacramentos, es la que nos hace fuertes para dedicarnos después a los pobres».
«La pobreza no era solamente las cuestiones materiales, sino también la necesidad de conocer a Dios»
Refiriéndose a la segunda lectura, don Abilio explicó que la pobreza cristiana no se reduce a lo material. «Pobre es aquel que confía plenamente en Dios», dijo, recordando que también existen otras formas de pobreza, como «la de no conocer a Dios, la de no conocer a Jesucristo o la de las personas mayores que se encuentran solas». En este sentido, santo Tomás de Villanueva comprendió que «la pobreza no era solamente las cuestiones materiales, sino también la necesidad de conocer a Dios», lo que lo llevó a ser un gran evangelizador.
La segunda gran característica del patrono, añadió, fue su coherencia. «Santo Tomás de Villanueva nos da un ejemplo muy claro de un hombre que fue tremendamente coherente entre lo que él predicaba, lo que él escribía y lo que él realizaba». Esta coherencia, señaló don Abilio, es una exigencia constante para la Iglesia y para cada cristiano: «La fe debe ser contrastada con la vida».
Como conclusión, don Abilio invitó a los fieles a seguir el ejemplo del santo: «Sin vida interior no hay entrega. En seguida nos olvidamos o nos vamos por otros derroteros. Que, con la intercesión de santo Tomás de Villanueva, vivamos siempre animados por el Espíritu». Y, retomando el evangelio del día, añadió: «Donde está vuestro tesoro, allí está también vuestro corazón. Veamos cuáles son nuestros tesoros, porque donde estén nuestros tesoros, ahí estará también nuestro corazón».
Esta celebración en la catedral, que se celebra desde 2018, es expresión de gratitud por el testimonio de santo Tomás de Villanueva, modelo de vida interior y de entrega generosa a los más pobres.