Los niños misioneros ayudan a los niños

El pasado domingo 19 de enero se celebró la Jornada de la Infancia Misionera, una actividad con más de 180 años de tradición en la que los niños son los protagonistas.

Este año, el lema de la jornada fue Comparto lo que tengo, invitando a los misioneros más jóvenes a compartir sus bienes, su corazón y su oración con los niños en territorios de misión.

El delegado de Misiones de la diócesis de Ciudad Real, Damián Díaz Ortiz, anunció en la presentación de la campaña ante los medios que «el pasado año, se recogieron en todo el mundo 15.987.150 dólares. De ellos, 2.664.067,53€ euros procedían de España, y 88.731,35 euros de Ciudad Real». Con el dinero recaudado en España, «se financiaron 470 proyectos en 36 países distintos, beneficiando a más de 700.000 niños».

El dinero se destinó a:

— Educación (44,14%): son iniciativas diversas como construcción de escuelas y guarderías, becas de estudios, material, formación agrícola y ganadera... En muchos casos, la Iglesia ofrece la úni­ca oportunidad de educación para niños de aldeas remotas, refugiados, trabajadores con especial atención a las niñas.

— Proyectos ordinarios (16,76%): para la pastoral ordinaria de las dióce­sis con los niños, y la promoción del es­píritu de Infancia Misionera.

— Evangelización (16,30 %): los misioneros y misioneras dan prioridad a su trabajo esencial de la transmisión de la fe a los niños: catequesis, campamentos, encuentros, traducciones. Estos niños, a su vez, contribuyen con sus donativos a la evangelización de otros niños.

— Salud y vida (22,80 %): Iniciativas dedicadas a proteger la vida y atender sanitariamente a los niños. Dentro de este grupo de proyectos se encuentran las ayudas a orfanatos y comedores, el sostenimiento de hospitales, compra de medicamentos y vacunas, protección frente a brujería y violencia yihadista, apoyo a embarazadas, etc.

La Infancia Misionera en Cuba
 
Además del delegado de Misiones, en la presentación de la campaña intervino el misionero diocesano Luis Miguel Avilés, que explicó su experiencia en misiones en Tailandia y Cuba. Respecto a esta última misión, Avilés habló del trabajo que realizó con los niños en torno a la jornada de la Infancia Misionera en parroquias cubanas: «Fueron unas campañas muy formativas, muy compartidas y muy alegres. Lo he vivido con plenitud, con alegría y con unas ganas tremendas», dijo el misionero.
 
Además, explicó que el trabajo siempre se hacía con los animadores de las parroquias, que valoraban las acciones en torno a las campañas y la alegría con las que las vivían los niños a pesar de la situación de pobreza de Cuba: «La experiencia de compartir con los niños y ofrecerles todo lo que hemos podido, lo que hemos ido guardando durante todo el año para que, en ese día de la campaña, pudieran disfrutar de algo que no fuera del arroz cotidiano y los frijoles cotidianos, pues todo eso a mí me ha ayudado mucho humanamente y los niños también salían jubilosos».
 
El misionero concluyó su intervención agradeciendo la ayuda que presta la comunidad cristiana de la diócesis de Ciudad Real y que beneficia a miles de niños en las misiones.