Hoy, 23 de octubre, el sacerdote don Rafael Pérez Piñero cumple 100 años, un día de acción de gracias por la entrega de un hombre de Dios que ha acompañado sacerdotes, seglares y religiosas durante toda su vida sacerdotal.
Con motivo de su cumpleaños, el obispo, don Gerardo Melgar, ha presidido la misa en la capilla de la residencia de las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, donde reside Pérez Piñero actualmente. En la eucaristía, ha concelebrado don Rafael junto a varios sacerdotes del presbiterio. Lo han acompañado familiares y amigos, así como las religiosas de la residencia y los seminaristas mayores. Muchas de las seglares que han participado en la misa pertenecían a grupos a los que don Rafael acompañó durante años, un buen número de mujeres que trabajaron pastoralmente en las parroquias y en la diócesis.
Don Gerardo ha agradecido todos los años de trabajo de don Rafael, destacando su acompañamiento a los sacerdotes de la diócesis y a los seminaristas —fue durante más de 20 años padre espiritual del Seminario Mayor—, así como a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados, a las que atendía antes de vivir en la residencia: «Nos unimos hoy, querido don Rafael, a su acción de gracias por toda la vida durante estos cien años, y también, y de manera especial, por su sacerdocio y por su fidelidad durante todo este tiempo».
«Nos unimos hoy, querido don Rafael, a su acción de gracias por toda la vida durante estos cien años, y también, y de manera especial, por su sacerdocio y por su fidelidad durante todo este tiempo»
Sobre la labor de acompañamiento a los sacerdotes, don Gerardo ha subrayado la dirección espiritual a los seminaristas en el Seminario Diocesano y el trabajo cercano con los presbíteros: «La dedicación a los seminaristas a los que tanto bien hizo desde su dirección espiritual, a la que tan agradecidos están gran parte de los sacerdotes del presbiterio diocesano. Un presbiterio que pasó prácticamente todo por sus manos. Y lo mismo la dedicación a los sacerdotes a los que visitó y acompañó asiduamente», ha dicho.
«Como creyentes, queremos unirnos a su acción de gracias al Señor por todo lo que ha recibido de su mano en estos cien años de vida y casi setenta y cinco de sacerdote», ha continuado diciendo el obispo, que ha dado «gracias a Dios por todo lo que Él le ha concedido en todo este tiempo. Ofrecemos esta eucaristía para que el Señor le conceda seguir siendo fiel hasta el final […] y le recompense todo lo bien que ha hecho durante toda esta larga vida a tantas personas, a tantos ancianos, religiosas, seminaristas y sacerdotes».
Después de la misa, don Rafael ha recibido un homenaje en el salón de actos de la residencia. En primer lugar, una religiosa le ha agradecido su entrega y su disponibilidad para acompañar durante años a las Hermanitas de los Ancianos Desamparados. Después, el obispo, don Gerardo Melgar, le ha entregado un icono con la imagen del Buen Pastor, un agradecimiento de toda la diócesis en una fecha tan especial, ha dicho don Gerardo.
Por último, antes de la proyección de imágenes de su vida, el seminario mayor ha cantado dos canciones: Te seguiré, como acción de gracias a la vocación y sacerdocio de don Rafael, y el himno de la patrona de su pueblo natal, la Virgen de la Carrasca.
Don Rafael Pérez Piñero
Don Rafael Pérez Piñero nació en Villahermosa (Ciudad Real) en 1924. Ingresó en el Seminario en 1940, a los quince años de edad. Fue ordenado sacerdote en 1950, tras estudiar Teología en Comillas.
Desde entonces, regentó Las Labores y, ya en 1950 fue nombrado profesor de Latín en el Seminario Diocesano. Durante cincuenta y seis años fue en esta institución vicerrector, profesor de Dogmática y director espiritual, saliendo del Seminario para vivir en la residencia de las Hermanitas en el año 2006.
Además de su labor en el Seminario, don Rafael ha sido juez prosinodal, censor, consiliario de Acción Católica Femenina, asesor provincial de la Sección Femenina, capellán de las Hermanitas, consiliario diocesano de jóvenes, consiliario del Centro Espiritual de Maestras, consiliario del Centro de Espiritualidad de Estudiantes, director de la Unión Apostólica, director del Secretariado de Cursillos de Cristiandad, arcipreste de la entonces iglesia prioral — hoy catedral—, presidente de la Comisión de Fe y Costumbres, presidente de la Comisión Diocesana de Pastoral, consiliario de la Juventud de Acción Católica, presidente de la Comisión Diocesana de Fe, asesor de la Asociación Católica de Familias, y administrador parroquial de Villahermosa.
En total, casi 75 años de sacerdocio en los que ha conocido a todos los sacerdotes de Ciudad Real como profesor y director espiritual, y ha formado a un buen número de seglares.