El Colegio Santo Tomás-La Milagrosa de Tomelloso fue el anfitrión, el pasado 4 de septiembre, de la Jornada del Valor de los colegios FEC (Fundación Educación Católica) de la zona centro. En la actividad participaron 250 profesores de cinco colegios de Madrid, Cuenca y Tomelloso, con el «servicio» como el valor institucional a destacar en el curso que comienza.
Después de la presentación de la jornada, los profesores participantes y algunos alumnos del colegio tomellosero, participaron en la misa que presidió el obispo, don Gerardo Melgar, en el templo parroquial de La Asunción.
Don Gerardo se dirigió a los profesores animándolos a ser seguidores de Jesús al estilo del Buen Samaritano, transmitiendo a los alumnos los valores cristianos para que, en torno a ellos, vayan creciendo y madurando: «La identidad de la escuela cristiana nos tiene que llevar a animar, ayudar a los jóvenes y los adolescentes a que vayan creciendo y madurando como cristianos […]. Esta actitud de servicio es la característica de la escuela católica», dijo, recordando que la jornada que se celebraba se centró en el «servicio» como valor institucional de las escuelas de la FEC.
«En las clases, además de la palabra, tenemos que ser educadores auténticos y lograr una educación integral a través de nuestra vida cristiana»
Este servicio a los alumnos se ofrece, tal y como expresó el obispo, educando con el ejemplo de vida y no solo con la palabra: «En las clases, además de la palabra, tenemos que ser educadores auténticos y lograr una educación integral a través de nuestra vida cristiana, de nuestro ejemplo y de nuestro testimonio. Nunca ha sido tan importante el gesto y el testimonio como lo es ahora». E insistió: «Todos estamos cansados de discursos y palabrería, de discursos que están llenos de palabras, pero vacíos de contenido».
La labor de los profesores al educar, continuó don Gerardo, ha de construir personas maduras, también en la fe: «Debemos entender que somos esos buenos samaritanos que hemos de hacer realidad en los alumnos lo que ni la sociedad, ni la familia, ni el ambiente social les ha facilitado. Debemos ponernos al servicio de la educación dándonos y entregándonos plenamente». Para esto, dijo, «el Señor nos acompaña siempre. Pongamos de nuestra parte todo lo que sea necesario y el Señor lo hará prosperar».
Para terminar, el obispo pidió por todos los profesores la intercesión de la Virgen: «Que Santa María, la Virgen, que educó como Madre al Hijo de Dios hecho niño, adolescente y joven, nos ayude a nosotros a ser verdaderos educadores de los alumnos, haciendo de ellos personas maduras y cristianos que valoren a Dios en sus vidas y traten de vivir de acuerdo con el Espíritu entre todos nosotros».
Después de la misa, los participantes en el encuentro continuaron con la Jornada del Valor que concluyó después de la comida.