El pasado 30 de abril tuvo lugar en la Casa de la Iglesia de Ciudad Real el XVI Encuentro Diocesano de Pastoral Obrera, con el tema El trabajo humano, principio de vida.
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En el encuentro, con el formato de mesa redonda, intervino la enfermera Pilar Rubio por parte de Pastoral de la Salud, Ángel Ruiz Moyano por parte de Cáritas, M.ª Teresa Martínez por parte de Pastoral de Migraciones, y Francisco Manuel Torres por parte de Pastoral Familiar.
El vicario de pastoral, Luis Eduardo Molina, saludó a todos los participantes y dirigió la oración al comienzo del acto, en la que pidió para que haya condiciones laborales dignas para todos.
Paqui Castilla, delegada de Pastoral Obrera en nuestra diócesis, presentó el encuentro que, explicó, se organizó con la pretensión de «iniciar un diálogo con otras delegaciones de la diócesis sobre la respuesta pastoral que desarrollan para abordar la realidad del trabajo humano». Castilla denunció que «la forma de entender y organizarse el trabajo dista mucho de ser lo que debería ser: un principio de vida».
Ángel Ruiz Moyano, secretario general de Cáritas Diocesana, fue el primero en intervenir respondiendo a la pregunta de «cómo entiende Cáritas el papel del trabajo humano y la manera de concebirse y organizarse en nuestro mundo como causa de pobreza». Explicó que la preocupación por el trabajo ha estado siempre en Cáritas, pero especialmente en los últimos diez años se ha vuelto a dedicar tiempo y personas a desarrollar el Programa de Empleo, un itinerario que pretende mejorar la empleabilidad a través de formación, intermediación laboral y con empresas de inserción. En concreto, Cáritas ha creado una empresa de inserción para el reciclaje de ropa, con una tienda y que da empleo a siete personas. Subrayó los problemas con los que se encuentran las personas que son acompañadas por Cáritas y que dificultan mucho más la búsqueda de empleo: «El trabajo de Cáritas es intentar acompañar fundamentalmente a los inempleables».
«El trabajo de Cáritas es intentar acompañar fundamentalmente a los inempleables»
Por su parte, Francisco Manuel Torres, delegado de Pastoral Familiar, respondió a la pregunta sobre cómo se entiende «el trabajo humano para el desarrollo de la familia». Destacó que el trabajo debe estar orientado a la realización humana y no al revés. En este caso «convertiríamos al hombre en un elemento más dentro de la cadena de producción». Habló de la «conciliación» y «armonización» de trabajo y familia, aunque prefiriendo el término «integración», puesto que «no podemos pensar en el trabajo sin tener en cuenta a la familia, ni pensar en la familia sin tener en cuenta el trabajo», dijo.
La tercera en intervenir fue Pilar Rubio, enfermera y voluntaria de Pastoral de la Salud, que respondió a la importancia del trabajo para la salud de las personas. Respondió desde su experiencia en la UCI y en el acompañamiento dentro de la Pastoral de la Salud. «Trabajo y salud forman un binomio especial porque para trabajar necesitamos salud y el trabajo nos ayuda a dignificarnos y nos proporciona salud física y mental». Se lamentó de que se sigan viendo pacientes ingresados por enfermedades laborales y fallecidos por este motivo. Del mismo modo, denunció cómo el ritmo de trabajo actual provoca pérdida de salud.
«Trabajo y salud forman un binomio especial porque para trabajar necesitamos salud y el trabajo nos ayuda a dignificarnos y nos proporciona salud física y mental»
En último lugar, M.ª Teresa Martínez habló de la labor de la delegación de Migraciones y de cómo entiende el trabajo humano para la vida de las personas migrantes. Destacó que el trabajo es un «tema trasversal» que implica, como se escuchó en la mesa, a muchas delegaciones. «El trabajo es un principio de vida que nos hace ser más libres», dijo, y «para los inmigrantes exactamente igual». Denunció la «masacre» que hay en el mundo con la muerte de millones de personas que solo quieren sobrevivir. Se quejó especialmente de la situación de los inmigrantes para conseguir empleo de manera legal en España, primero demostrando que han vivido en el país tres años y, después, con un contrato laboral en el que el empresario se compromete a contratarlo cuando Extranjería dé el visto bueno. «¿Y durante ese tiempo de qué viven? […] La gran mayoría trabajando por cinco, diez y veinte euros al día y viviendo hacinados en almacenes».
En general, todos los participantes en la mesa redonda, destacaron la necesidad del trabajo digno, su relación con la evangelización y con los ámbitos en los que trabajan las delegaciones de la diócesis.
El encuentro continuó con más preguntas para las delegaciones y el diálogo con los participantes en la jornada. La delegada de Pastoral Obrera, para cerrar la jornada, agradeció todas las intervenciones y valoró que el tema del trabajo aparezca en la labor de todas las delegaciones. Al día siguiente, 1 de mayo, la delegación participó en manifestaciones y en la misa de la tarde en la parroquia de San Juan de Ávila de Ciudad Real.