Los jóvenes celebraron la Marcha de Adviento en Daimiel

Más de 300 jóvenes de toda la diócesis participaron en Daimiel el pasado sábado 2 de diciembre en la XXIV Marcha de Adviento, este año con el lema Todos, todos, todos.

[Puedes ver un vídeo de la marcha en este enlace]

El lema hace «referencia a las palabras del Papa en la JMJ, en la Iglesia todos tienen acogida, pues Cristo y el Corazón de Cristo también acoge a todos. La Iglesia, como madre, es capaz de acoger a las personas con sus heridas, sus vidas, sus historias, sus circunstancias», explicó el delegado de Pastoral de Juventud, Miguel Francisco Moraleda.
 
La jornada comenzó por la mañana en el santuario de Ntra. Sra. de las Cruces, donde después de una oración y el encendido de la primera vela de la corona de Adviento, el grupo de jóvenes salió caminando hacia Daimiel.

«La Iglesia, como madre, es capaz de acoger a las personas con sus heridas, sus vidas, sus historias, sus circunstancias»

Una vez en la población, después de la comida, comenzaron los talleres, basados en el lema de la marcha: «Sobre distintas dimensiones de la acogida. Cómo la Iglesia acoge nuestras heridas, cómo nos acoge también como hijos pródigos, cómo nos acoge en nuestras miserias o cómo nos acoge cuando la sociedad nos ha arrinconado, como diría el Papa, en las cunetas de la vida», explicó Moraleda.

Después de los talleres y la cena, que ofrecieron a los jóvenes las hermandades de Daimiel, comenzó la vigilia de oración, uno de los momentos más esperados por los jóvenes cada año.

La oración, que tuvo lugar en el templo de Santa María la Mayor, comenzó con una representación por parte de los jóvenes de la lucha entre el bien y el mal y cómo vence el bien gracias a Cristo.
 
El obispo, don Gerardo Melgar, presidió la oración. Se dirigió a los jóvenes poniendo el ejemplo de María para vivir el Adviento: «Queremos esperarlo, como hizo ella, con verdadera alegría, como toda madre que espera a un hijo deseado. […] Ella sabe que aquel que lleva en sus entrañas es el Hijo de Dios. Ella es nuestro modelo de esperanza en que también nosotros debemos esperar al Salvador que quiere nacer en el corazón de cada uno de nosotros», dijo.

Siguiendo con el modelo de la Virgen, don Gerardo invitó a los jóvenes a preguntarse qué quiere Dios de cada uno de ellos, desde qué vocación puedo servir mejor a Cristo y a los hermanos: «Vosotros, queridos jóvenes, estáis en un momento de vuestra vida en el que sabéis y debéis escuchar, vivir, saber y decidir qué queréis hacer con vuestra vida. Para ello debéis preguntaros sobre cuál es el plan que Dios tiene sobre cada uno de vosotros».
 
Continuando con la propuesta vocacional, los animó a vivir con total disponibilidad ante los planes de Dios y a preguntar a Cristo qué quiere de cada uno y pedirle disponibilidad para la respuesta.
 
«A la propuesta de Dios, que también nosotros respondamos generosamente, siguiendo el camino por el que Él nos pueda llamar. Para que, viviendo su vida en la nuestra y siguiendo el camino que nos propone a cada uno, podamos ser verdaderos testigos y animemos a otros a ser sus servidores y sus discípulos […]. Que Cristo nazca de verdad en el corazón de cada uno de nosotros y de todos cuantos se relacionen con nosotros», concluyó.

«Vosotros, queridos jóvenes, estáis en un momento de vuestra vida en el que sabéis y debéis escuchar, vivir, saber y decidir qué queréis hacer con vuestra vida»

Después de las palabras de don Gerardo, comenzó la adoración al Santísimo. El silencio de los jóvenes durante la exposición solo se interrumpió por varias reflexiones para ayudar a la oración.
 
Para terminar el encuentro, el delegado de Pastoral de Juventud agradeció a la localidad de Daimiel la ayuda para la celebración de la marcha de Adviento. Además, entregó un recuerdo al anterior delegado, José Felipe Fernández, que ha dirigido la delegación los últimos años.
 
La marcha concluyó después con un chocolate antes de emprender el camino a casa.