El sábado 18 de noviembre, Manzanares acogió el XIII Encuentro Diocesano de Infancia Misionera. Participaron más de mil trescientos niños de toda la provincia.
La jornada comenzó con la acogida de los niños en el recinto ferial Fercam. Con pancartas y pañoletas, fueron llegando a la plaza de la Constitución, donde tuvo lugar la presentación de los grupos de niños, el saludo de los concejales del ayuntamiento y la bienvenida a los participantes por parte del delegado de Misiones de la diócesis, Damián Díaz Ortiz.
Después, los grupos de niños fueron recorriendo la población para participar en cinco talleres: de oración, testimonio misionero, juegos, baile y elaboración de pulseras.
Después de la comida y de la animación con canciones de Cantajuegos, comenzó la misa, que presidió el vicario de pastoral, Luis Eduardo Molina.
«No queremos que ningún niño del mundo, nadie, se quede sin participar de esta alegría»
El vicario se dirigió a los niños hablándoles sobre los talentos que da Dios a cada uno, invitándoles a contar con ellos y con los demás, también con Dios. En la parábola de los talentos, dos de los empleados contaron con sus talentos y con lo que el señor quería de ellos, pero el tercero no tuvo en cuenta ni lo que se le dio, ni la confianza que se puso en él. Desde este razonamiento, se dirigió a los niños participantes en el encuentro y los invitó a unir sus manos y sus dedos unos con otros, explicándoles que Dios confía en cada uno de ellos y quiere que trabajen juntos —
Comparto lo que soy era el lema de la jornada—, como la familia que es la Iglesia: «No queremos que ningún niño del mundo, nadie, se quede sin participar de esta alegría». Para cumplir con nuestra misión, no solo tenemos que poner en funcionamiento nuestras manos y dedos, sino también unirlos a los de los demás, como familia que somos, la Iglesia, y así poder llevan el Evangelio allá donde el Espíritu Santo nos envíe.
Después de la eucaristía, concluyó el encuentro de los niños misioneros, una de las actividades que más personas reúne a lo largo del curso pastoral.