La Asociación Medalla Milagrosa de la diócesis celebró el sábado 13 de mayo su peregrinación anual mariana, retomada después de los años de pandemia.
Fue en el Seminario Diocesano, en el que este año se rezó de manera concreta por las vocaciones sacerdotales y por la vida consagrada.
«La Virgen, nuestra madre, en la advocación de la Medalla Milagrosa, nos ha llamado a vivir una jornada festiva y mariana. Qué importante es María en la vida de los cristianos, tenerla a ella como modelo por sus virtudes», explica sobre la peregrinación Prado Mateos-Aparicio, presidenta de la asociación en nuestra diócesis.
A los miembros de la asociación los acompañaron tres Hijas de la Caridad de la residencia de mayores de Manzanares.
La jornada comenzó con la bienvenida al grupo de los sacerdotes del Seminario. Después, el grupo se trasladó a los jardines del Seminario, donde rezaron el rosario.
La eucaristía fue el momento central del encuentro, presidida por el anterior consiliario diocesano, Antonio González Villén, al que acompañaron el rector del Seminario, Juan Serna, y el sacerdote Juan Castañeda. «Le hemos pedido al Señor y a la Virgen que nos sigan dando fe y fuerzas», concluye Prado Mateos-Aparicio.
La Asociación de la Medalla Milagrosa está compuesta en la provincia por grupos de diez poblaciones: Ciudad Real, Manzanares, La Solana, Tomelloso, Villanueva de los Infantes, Puertollano, Brazatortas, Horcajo de los Montes, Torralba de Calatrava y Calzada de Calatrava.